La Revolución Verde demuestra su eficacia en Granada: casi 33 toneladas de dióxido de carbono menos

El resultado ha sido presentado este lunes 2 de diciembre en la delegación de la Junta en Granada y, por resumirlo en pocas palabras, ha merecido mucho la pena. «Ha permitido comprobar que es posible usar un combustible menos contaminante en el transporte público por carretera», ha resumido la consejera del área, Rocío Díaz.

El banco de pruebas ha sido la línea de autobuses entre Granada y Atarfe, una de las que gestiona el Consorcio de Transportes Metropolitano y los números son llamativos, en este caso para bien: se redujo en más del 80% las emisiones de CO2 respecto a los vehículos que usan combustible de origen mineral. El nuevo combustible evitó la emisión a la atmósfera de 32,89 toneladas de CO2 durante los seis meses que ha durado la prueba.

Repsol, que buscaba con este proyecto «un suministro energético asequible y autosuficiente que mantenga o aumente la competitividad europea y la actividad industrial», sostiene que la solución para su objetivo de cero emisiones netas pasa por el uso de combustibles renovables (biocarburantes, biolíquidos, biomasa y renovables de origen no biológico), algo que es compatible «con la electrificación y el uso del hidrógeno».

Su conclusión, tras lo que se ha puesto de manifiesto en Granada, es simple y contundente: «Los combustibles renovables 100% son una alternativa real e inmediata para acometer la descarbonización en todos los sectores del transporte. Son soluciones con cero emisiones netas en uso y reducen la huella de carbono hasta en un 90%». En esta prueba en concreto, ha precisado que las emisiones de CO2 a la atmósfera se han reducido «en más de 32 toneladas».

Rocío Díaz ha hecho hincapié en la importancia de seguir apostando por la investigación, porque «iniciativas pioneras como esta pueden contribuir a mejorar nuestro medio ambiente y a seguir avanzando en esa tarea del Gobierno andaluz de reducir la contaminación de las áreas metropolitanas y, especialmente, la de Granada». Es un territorio que conoce bien y no es ajena a los diversos estudios –uno de ellos, realizado por la propia Junta- que coinciden en que Granada y su Área Metropolitana soportan un grado de polución demasiado alto y que principalmente eso se debe al tráfico.

Visto lo visto, dados sus muy prometedores resultados, este proyecto piloto en Granada va a tener continuidad. En ese sentido, la consejera ha asegurado que el objetivo a medio plazo es extender la iniciativa al resto de consorcios metropolitanos andaluces «para contribuir al uso de vehículos más eficientes y que consuman energía más limpia».

A lo largo de los seis meses que ha durado la prueba, el autobús utilizó 10.871 litros de combustible renovable 100% en la ruta Granada-Atarfe, con un promedio de consumo mensual de 1.811 litros. Los biocombustibles avanzados se fabrican a partir de residuos orgánicos como aceites vegetales usados, residuos agrícolas y forestales que no se destinan a la alimentación, por lo que fomentan la economía circular y son una solución para todos los segmentos de la movilidad, desde aviones, barcos, camiones, autobuses o coches sin necesidad de hacer modificaciones en el motor ni en las infraestructuras de distribución y de repostaje ya existentes.

La fórmula escogida por Repsol para descarbonizar la movilidad ha sido un modelo energético que combina la electrificación, los combustibles renovables y el hidrógeno. Todas las soluciones energéticas deben tomarse en cuenta para garantizar el suministro y reducir las emisiones de la forma más rápida y eficiente posible. Repsol fabrica y comercializa biocombustibles desde hace más de dos décadas y, desde 2019, incorpora residuos orgánicos en su fabricación. Los renovables ya están presentes en todas las estaciones de servicio en España en un contenido de más de 10% de los combustibles que se venden.