Un nuevo acercamiento al estilo de vida de las comunidades cristianas rurales de Granada en la época andalusí

Ha sido en la última excavación, promovida por el Ayuntamiento de los Pueblos de Moclín y financiada por la Diputación de Granada en el marco de la convocatoria para la conservación y uso del patrimonio arqueológico y paleontológico rural.

Una vez más, el estudio del poblado mozárabe de Tózar lo ha dirigido Luca Mattei, investigador del Departamento de Historia Medieval de la Universidad de Granada, que ya coordinó hace algunos años la exhumación de 74 individuos y más de un centenar de tumbas antropomorfas excavadas en la roca.

Según ha explicado Mattei, «alrededor de una pequeña estancia con pavimento empedrado se han encontrado nueve grandes silos excavados en la roca, con más de dos metros de profundidad en algunos casos, que cumplieron una función de espacio de almacenamiento agrícola dedicado fundamentalmente al cereal».

Sin embargo, como indica el investigador de la UGR, «el verdadero tesoro es todo lo que han ido acumulando estos espacios con el paso del tiempo, porque permite obtener información sobre las redes comerciales, las actividades productivas y los patrones de consumo de la comunidad que vivía en este asentamiento. La investigación de laboratorio va a ser muy rica gracias a la gran variedad de hallazgos encontrados en su interior, que, además de cerámica y fauna, incluyen metales, vidrios, semillas, etcétera», ha indicado.

Para el alcalde de Moclín, Marco Pérez, esta intervención arqueológica «vuelve a confirmar que este es un yacimiento especialmente relevante, un poblado Mozárabe peculiar que merece la pena poner en valor y dar a conocer a nuestros vecinos y visitantes».

En este sentido el primer edil ha indicado que los elementos exhumados «se están consolidando y protegiendo para que todos los ciudadanos puedan disfrutar de ellos, como de hecho ya se ha podido hacer con las jornadas de puertas abiertas realizadas en los últimos días de la excavación».

El director de la investigación ha recordado la relevancia del yacimiento medieval de Tózar, tanto porque es uno de los pocos asentamientos donde se ha podido identificar el espacio funerario y el poblado como porque muestra cómo eran las prácticas funerarias propias de rituales cristianos en época andalusí, con orientación oeste-este y la cabeza del difunto mirando hacia la salida del sol.

«Los hallazgos de 2013-17, que también localizaron la cerámica propia de un espacio residencial, ofrecieron una horquilla cronológica del siglo X al XIII, unas fechas muy tardías que retan a las interpretaciones que afirman que la islamización se había producido en casi la totalidad de al-Ándalus unos siglos antes», ha indicado Mattei, miembro del grupo de investigación ISTMO y también director de un proyecto nacional sobre las comunidades cristianas campesinas en el sur de al-Ándalus.