Lanjarón, el pueblo de Granada que ha ampliado su cementerio porque hay más muertes que nacimientos

Y eso que allí muere más gente de la que nace. La paradoja se explica con facilidad: en los últimos años, bastante gente se ha instalado allí. Extranjeros, en un buen porcentaje, como ocurre en la vecina Órgiva, y también españoles. Lanjarón está a 45 kilómetros de Granada, en carretera se tarda poco más de media hora y con las obras que se están haciendo, es probable que el año que viene se invierta aún menos tiempo.

No forma parte del Área Metropolitana, pero casi. Como también ocurre en el Valle del Lecrín, prácticamente en frente, allí se ha evitado la despoblación porque muchos tienen en sus pueblos una segunda residencia o directamente habitan allí y trabajan en la capital.

Además de lo anterior, en el pueblo abundan lo sniños. Viven los que ya estaban aquí y los que han traído los recién instalados, así que la continuidad de la población está garantizada. No obstante, hay un hecho incontestable: en Lanjarón muere más gente de la que nace. Según datos del ayuntamiento, en el último año se produjeron cuarenta fallecimientos y sólo treinta nacimientos.

Aunque eso no implica, hay que insistir, que el municipio vaya a desaparecer, sí que tiene una consecuencia lógica: en el cementerio cada vez hay menos sitio disponible, la saturación es notoria. El alcalde, Eric Escobedo, dice que el camposanto lleva allí «toda la vida» y luego, más en serio, aclara que la fecha de construcción se remonta al año 1876, lo que quiere decir que en 2026 cumple siglo y medio. Si desde entonces ha entrado más gente de la que ha salido, el resultado se cae por su propio peso.

Como es lógico y previsible, el problema se ha ido incrementando con el paso del tiempo. «Aunque algunas familias comparten nichos y se meten varias personas en el mismo, va faltando sitio», comenta el regidor, que, cuando ya el problema se hizo insostenible, tomó la decisión de ampliar el cementerio y agregarle otros ochenta nichos.

Las obras ya se han ejecutado y junto al panteón dedicado a las Hermanas Hijas de la Caridad ya hay sitio para nuevos enterramientos, una solución que Eric Escobedo avisa que también tiene fecha de caducidad, como la vida misma. En ese sentido, ya está planteando una nueva ampliación que ya no se llevará a cabo en este mandato municipal, pero espera que sí en el próximo, tanto si él sigue en el cargo como si no tras las elecciones de 2027.

El lugar de los nuevos nichos es posiblemente de los más valorados. El panteón de las religiosas, levantado en 1920, lo aprecian mucho los lanjaronenses, porque esa orden, que llegó al pueblo a principios del siglo XX, se encargaron fundamentalmente de la educación y abrieron una Escuela Hogar para niños en situación vulnerable y un centro de protección de menores. En 2021 ya apenas quedaban monjas en Lanjarón y las pocas que había fueron trasladadas a otras sedes de la congregación.

Volviendo al cementerio, o sin salir de allí, la actuación se tramitó por el procedimiento de urgencia, cosa que ha permitido ejecutarla con más agilidad y, como agrega el alcalde, también a menor precio. «Ha costado cuarenta mil euros porque lo hemos sufragado desde el ayuntamiento en exclusiva y contando con nuestros trabajadores. Si no hubiéramos recurrido al procedimiento de urgencia, podría haber costado el doble», avisa.

El cementerio, además, se ha adaptado a los nuevos tiempos. Cada vez hay más gente que, en lugar de recibir sepultura, opta por la incineración. Pero que no quiere que sus cenizas sean arrojadas al mar, esparcidas por el monte ni ninguna otra cosa, sino que queden expuestas, dentro de una urna, en un lugar donde los allegados puedan verla. Son los columbarios, que en consecuencia están más presentes ahora en los lugares donde reposan los muertos. El de Lanjarón, aprovechando esta ampliación, también cuenta ya con varios.

No es el de Lanjarón un caso único en la provincia de Granada. Este mismo año, Pulianas, un municipio muy próximo a Granada y donde viven casi seis mil personas, amplió su cementerio y lo dotó de cien nuevos nichos y 48 columbarios, una obra en la que el consistorio invirtió 48.000 euros.

Antes de eso, en la pedanía de Bácor-Olivar, entidad local autónoma perteneciente a Guadix, la Diputación Provincial de Granada costeó y ejecutó en 2023 la ampliación de su pequeña necrópolis. En ese caso la actuación fue más modesta porque allí están censadas 345 personas. Únicamente se necesitaron 18 nichos nuevos.

En cuanto al de Granada, un informe publicado en 2007 advirtió de que estaría al límite de su capacidad en 2023. Aunque se ha hablado en varias ocasiones de la necesidad de ampliarlo, las obras todavía no se han acometido. Según han explicado fuentes municipales, no ha sido necesario por el aumento de las cremaciones y porque un buen número de nichos han sido desalojados en los últimos años.