La Junta de Andalucía suelta cuatro nuevos linces ibéricos en la Sierra de Arana

Según ha explicado el delegado del gobierno andaluz en Granada, Antonio Granados, ha señalado la importancia de esta acción, que viene a sumar en once los ejemplares en los tiempos que se han soltado. «Es para sentirnos muy orgullosos como granadinos y como andaluces de apostar por este reequilibrio, a veces tan frágil, del medioambiente», ha apuntado.

Las causas por las que los dos linces fallecieron en estos meses, uno por atropello y otro atacado por unos perros, pusieron, eso sí, la alerta sobre estas sueltas. «El lince, por su propio carácter, es un animal curioso, osados, y también necesita de muchas hectáreas para moverse. En ese espacio a veces suceden situaciones de peligro y nunca tiene contacto con el ser humano. Lo que pedimos a los senderistas y a quienes se acerquen al entorno natural es que lo dejen tranquilo, estamos haciendo una apuesta muy importante«.

El lince ibérico llegó a ser una de las especies en peligro de extinción hace ahora dos décadas. Desde principios de los años 2000 son 169 los linces que fallecieron en las carreteras, uno de los lugares más peligrosos para esta especie autóctona. El trabajo y la sensibilidad tanto institucional como de las asociaciones ecologistas ha permitido la vuelta paulatina del lince a Andalucía. Según explicó la semana pasada el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, el objetivo es lograr que el lince pase a «especie vulnerable» y no en situación crítica, como actualmente.

Según ha explicado el delegado de Medio Ambiente de la Junta en Granada, Manuel Francisco García, la liberación de los linces significa un paso más en ese camino. Son 137 los linces que ya se han soltado en Andalucía mediante el programa de reintroducción de la Junta. Mientras que en 2002 llegaron a haber únicamente 94 censados, en la actualidad existen más de 500.

«Creo que se está actuando como había que hacerlo. El proceso de reintroducción del lince es sólido, hemos pasado a esa situación crítica después de un enorme trabajo para devolverlo a zonas donde hacía décadas que se había perdido, como la propia Sierra de Arana», ha explicado.

El lince, con todo, se ha convertido desde hace décadas en uno de los símbolos culturales en todo el país en cuanto a la sensibilidad medioambiental y la posibilidad de nuevos modelos económicos más sostenibles con la naturaleza, sobre todo en Andalucía. Desde la Junta, como ya han expuesto en otras ocasiones, se trata, además de una forma de trabajo por la sostenibilidad, un «trampolín económico» que servirá para proyectar la imagen del lince y la comunidad autónoma.