Indignación en el pueblo granadino de Trevélez con su cura, que no les deja hacer la procesión de San Benito
Los vecinos de este pueblo de la Alpujarra aseguran que nunca habían tenido problemas hasta que él llegó hace cuatro años. «Es muy raro, queremos que se vaya», dicen
El alcalde les apoya: «En sus redes ha pedido la muerte para el Papa y que pongan una bomba en el Vaticano, y dice abiertamente que odia a los gays»
Una escapada a Trevélez, un paraíso granadino de altura
Granada
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Iniciar sesiónTrevélez, el pueblo más alto de la Alpujarra de Granada, donde viven menos de mil personas y que es conocido por sus secaderos de jamones, está enfadado con su cura. El motivo es que no quiere que el 12 de julio se celebre ... la procesión de San Benito, al que llevan sacando desde hace 35 años. Algunos vecinos han dado claras muestras de su indignación y piden directamente que se vaya. El ayuntamiento está con ellos.
El alcalde, Adrián Gallegos, ha contado a ABC que «todo el pueblo» está indignado con un cura que en sus redes sociales ha mandado mensajes tremendos. «Ha dicho que le desea la muerte al Papa, que hay que poner una bomba en el Vaticano...», cuenta, para añadir que es un hombre «que odia a los gays y así lo reconoce, abiertamente».
El problema surgió cuando llegó un párroco muy joven llamado Rubén Ávila-Arenas, hace cuatro años. Hasta entonces, la asociación de mujeres del pueblo utilizaba sin problemas el salón parroquial para hacer la comida del día 12 de julio, papas con asadura. Él les negó ese espacio y ellas tienen que cocinar desde entonces en la calle, a pleno sol.
La comida es gratuita, las mujeres no cobran por los platos que se sirven, pero sí recaudan algo vendiendo décimos de lotería. Los beneficios siempre fueron para la iglesia del pueblo, pero, cuando el cura no les dejó usar esas dependencias, la asociación decidió quedarse con lo recaudado e invertirlo en lo que les pareciera oportuno, como pintar la fachada del colegio o la del propio templo.
Castigos para fieles y descreídos
«Cuando dejó de manejar el dinero, se enfadó y desde entonces nos castiga. Todas las noches dobla las campanas a muerto a las nueve de la noche para que las escuchemos los que no vamos a misa. Asusta a los niños que están en la catequesis, nos llama demonios y ahora nos prohíbe la procesión, que es la gota que ha colmado el vaso», prosigue el regidor.
Por el momento, está suspendida, a expensas de que el Arzobispado conteste a las quejas que ha remitido el ayuntamiento. «Haremos lo posible por que se haga, porque es una faena que a estas alturas sea un cura el que mande en el pueblo», concluye Gallegos.
«Que nos deje en paz», han coincidido varios de los vecinos este 3 de julio en un programa de Canal Sur Televisión. Aseguran que no entienden la actitud del sacerdote, que además ejerce como sacerdote en otras tres localidades de la comarca: Pitres, Pórtugos y Busquístar. Y añaden que no es la primera «afrenta» que reciben de él en los cuatro años que lleva en el pueblo.
Afirman, por ejemplo, que no les deja utilizar el salón parroquial a la asociación local de mujeres «pero él sí que aloja allí a gente de su familia». Así lo proclama otro treveleño, que tiene claro que, por lo menos la parte lúdica de la fiesta y la típica comida de la jornada, papas con asadura, debe seguir en pie. «Ya lo otro, si él no quiere...», deja en el aire.
"Con la pulsera Lgtbi no sacas a la virgen"
«Nunca hemos tenido problemas con ningún cura, pero hace cuatro años llegó este hombre y nos pone muchas pegas, es muy raro», explica una mujer del pueblo. No sabe qué motivos tiene para impedir la procesión y él tampoco le ha dado explicaciones cuando se las han pedido.
Otras acusaciones que vierten sobre el párroco: amenaza a los niños que están preparándose para su Primera Comunión con horribles castigos, para ellos y sus familias, si no cumplen a rajatabla los preceptos religiosos. «Los niños llegan a casa asustados», resume otro lugareño.
También parece ser poco respetuoso con la orientación sexual de algunos. Un joven que también ha participado en el reportaje televisivo ha contado que él intentó participar en Pórtugos en una procesión llevando en la muñeca una bandera del colectivo Lgtbi y que Rubén Ávila-Arenas le dijo que así no podía sacar a la virgen. «Por educación y respeto me la quité y la escondí debajo del manto», ha narrado.
ABC ha intentado ponerse en contacto tanto con el cura de la polémica, como con el Arzobispado de Granada. Desde esta institución han recibido el mensaje de este periódico y han contestado por escrito que no van a hacer declaraciones sobre este asunto.
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