Granada también tiene una fuente de Canaletas, pero nadie festeja allí los éxitos de un equipo de fútbol
Una réplica de la que hay en las Ramblas de Barcelona, emblema culé, está desde 1982 en la Plaza Fontiveros como símbolo de la «hermandad» entre ambas ciudades
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Granada
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Iniciar sesiónCuando el Fútbol Club Barcelona gana un título, sus aficionados lo celebran en la fuente de Canaletas. El Granada también podría hacerlo, porque tiene una fuente idéntica, pero sus ascensos los festeja en la Fuente de las Batallas. A nadie se le ha ... ocurrido, al menos por ahora, desplazarse hasta la Plaza Fontiveros, que es donde está la réplica del modelo original, el de las Ramblas.
Se instaló allí en el año 1982, cuando Vergeles, el arranque del barrio del Zaidín, estaba en plena fase de expansión. El Ayuntamiento de Barcelona, por entonces presidido por Narcís Serra, se la regaló al de Granada para dejar constancia, según se dijo entonces, de los lazos de amistad entre ambas ciudades. La inauguración fue un acto solemne en el que participaron Serra y el por entonces regidor granadino, Antonio Jara.
¿Cuáles son esos lazos de amistad? Pues, atendiendo a la historia, se remontan al menos al siglo XIII. La web Rincones de Granada, muy bien documentada, especifica que por entonces había comerciantes barceloneses en Granada que se dedicaban a distribuir seda por el Mediterráneo. Lo cual da pie a mencionar que Granada fue durante siglos uno de los principales puntos de producción de seda. En concreto, desde la época de los nazaríes y hasta el siglo XIX. Pero ésa es otra historia.
Volviendo a los lazos de amistad, los historiadores coinciden en que entre las tropas que participaron en la conquista de Granada, que finalizó en 1492. había caballeros catalanes. El número exacto no se puede precisar, pero con seguridad más de mil. Muchos se quedaron en la ciudad, ya bajo dominio cristiano, y sus descendientes, varias generaciones después, participaron entre 1640 y 1652 en la Revuelta de Cataluña, también llamada Els Segadors.
Posteriormente, y al igual que sucedió en otros puntos de Andalucía, como Málaga, componentes de la burguesía catalana se acercaron a Granada para hacer negocios. Eso ocurrió a finales del siglo XIX y principios del XX, e invirtieron, por ejemplo, en ingenios como las azucareras de la capital y de la provincia, ubicadas sobre todo en la costa.
Ganaron dinero, pero también supieron ser solidarios cuando tocó. Por ejemplo en 1884, cuando un gran terremoto sacudió la zona de Alhama de Granada dejando aproximadamente 1.200 fallecidos, aportaron fondos para la reconstrucción de los municipios más afectados.
Más reciente está otro trasvase, pero a la inversa. En las décadas de los sesenta y los setenta del siglo XX, muchos granadinos se vieron obligados a marcharse de sus pueblos para buscarse la vida. Uno de los destinos escogidos fue Cataluña, donde según algunos cálculos llegaron a instalarse más de cien mil personas. Sus descendientes siguen allí y suelen retornar a los pueblos de sus padres en verano, cosa que da bastante vida a unos municipios minúsculos y en claro riesgo de desaparición.
La fuente de Fontiveros no es la única réplica de la de Canaletas, ni mucho menos. Sólo en la ciudad de Barcelona hay 16, y otras copias se distribuyen en localidades catalanas como Lloret de Mar. En Andalucía, ese mismo modelo se exportó a Córdoba, curiosamente también en 1982.
La vinculación entre Granada y Barcelona sigue vigente y es palpable. Aparte de que las dos ciudades están unidas por dos o tres vuelos diarios -en función de la época del año- en cada dirección, hay bastantes catalanes que estudian en la Universidad de Granada, e investigadores de los dos lados han colaborado en proyectos de entidad.
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