Fenómenos paranormales en el Ayuntamiento de Granada: lamentos desgarradores, gritos y espectros que se deslizan sobre el aire

Uno de los episodios más inquietantes fue relatado por un exconcejal, quien vivió en sus propias carnes un suceso inquietante que no ha olvidado. Según cuenta, una tarde, cuando ya caía la noche y los pasillos del consistorio comenzaban a vaciarse, se disponía a salir de su despacho. El silencio de la jornada que terminaba se rompió de golpe cuando escuchó un ruido ensordecedor, justo en el pasillo por el que tenía que pasar. En un primer momento pensó que se trataba de algún trabajador rezagado, pero pronto se dio cuenta de que el sonido era mucho más escalofriante: lo describió como un lamento humano desgarrador, un grito desesperado que reverberó en el edificio vacío. «Era como si alguien estuviera pidiendo auxilio con todas sus fuerzas», afirmó el concejal, cuya piel se erizó al recordar aquel momento.

Temiendo lo peor, y sintiendo un frío extraño que parecía seguirle, el concejal caminó con cautela hasta la puerta principal. Al llegar, visiblemente alterado, narró lo sucedido a dos policías locales que se encontraban en el cuerpo de guardia. La respuesta que recibió fue desconcertante: los agentes sonrieron y le dijeron con calma: «No te preocupes, es el fantasma, pero no hace nada». Aquella respuesta no solo no le tranquilizó, sino que aumentó su inquietud, pues indicaba que otros ya habían tenido experiencias similares en el mismo lugar.

Lo cierto es que los testimonios sobre este supuesto fantasma no son casos aislados. A lo largo de los años, varios trabajadores del consistorio han informado encuentros con lo inexplicable. Un funcionario, que prefirió mantenerse en el anonimato, contó que en más de una ocasión ha visto lo que describe como una figura borrosa, que atraviesa los pasillos en fracciones de segundo. «Es como si vieras algo en el rabillo del ojo, pero cuando te giras, ya no está. Se mueve rápido, como si se deslizara en el aire«, comentó, convencido de que lo que vio no era una simple ilusión óptica. La figura, según varios testimonios, parece surgir de la nada, difusa, como si fuera parte de una foto desenfocada.

Otro testimonio, también de un trabajador que prefiere mantener su identidad en secreto, relató que en varias ocasiones, mientras hacía labores de mantenimiento en el edificio, sintió una presencia que lo observaba. «No puedo describirlo bien», confesó, «pero sentía como si alguien estuviera detrás de mí, vigilándome. Me giraba, pero no había nadie. A veces incluso parecía escuchar pasos a lo lejos, pero el pasillo estaba vacío. Esa sensación de que no estás solo es aterradora«. Pese a las insistencias, nunca se ha logrado obtener una explicación convincente para estos fenómenos.

Algunos de los empleados más antiguos del Ayuntamiento han aceptado estos hechos con resignación, considerando la presencia como parte de la vida cotidiana en el consistorio. «Es algo que está ahí, no molesta», comenta un trabajador que lleva más de dos décadas en el edificio. Sin embargo, para los recién llegados, los encuentros pueden ser perturbadores. «Recuerdo mi primer año trabajando aquí», relató una trabajadora. «Un día me quedé hasta tarde y cuando ya estaba casi sola, comencé a oír unos susurros. Al principio pensé que era el viento, pero no había ninguna ventana abierta. El sonido venía de los pasillos. Fue tan real que me quedé inmóvil, esperando que alguien apareciera, pero no pasó nada. Me fui corriendo sin mirar atrás».

A pesar de la naturaleza extraña de estos fenómenos, el consistorio de Granada sigue funcionando con normalidad, no tiene por que ver alterada su actividad diaria. No se han registrado imágenes ni se ha registrado evidencia clara de lo que ocurre entre sus paredes, tampoco se ha podido hacer una investigación prolongada en el sitio, lo que ha contribuido a que muchos duden de la veracidad de las historias. Sin embargo, quienes han vivido estos episodios aseguran que no hay duda: algo o alguien sigue habitando en los pasillos del Ayuntamiento, una presencia que, aunque silenciosa la mayor parte del tiempo, deja su rastro en momentos inesperados.

Por ahora, este «fantasma» sigue siendo una figura misteriosa, que se presenta solo a quienes tienen la suerte —o la desgracia— de encontrarse en el lugar y el momento equivocados, dejando tras de sí una mezcla de asombro y temor en todos los que han sido testigos de lo inexplicable.

*Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a correo@garciabautista.net