Hay muchas personas que viven solas en España. Cinco millones, según datos de 2021. Para una población de 47 millones, es un porcentaje elevado. Muchas de estas personas también mueren en la más absoluta soledad. Tan solas están que a veces nadie se ... percata de su ausencia hasta días después.
Es lo que acaba de suceder en Cádiar, un municipio de la Alpujarra granadina de algo menos de 1.500 personas. Como ocurre en otros muchos pueblos de esa comarca, abundan los extranjeros entre los residentes. De hecho, si no fuera por ello es posible que algunos de esos núcleos poblacionales hubieran desaparecido.
La mujer a la que acaban de encontrar muerta en su casa era una de esas extranjeras, pero por lo que parece no de las más activas. «Dicen que llevaba mucho tiempo aquí, pero no sabemos quién es, no le ponemos cara», dice por teléfono una empleada del ayuntamiento.
Mientras contesta a la llamada de ABC se nota claramente que está consultando con otros compañeros, a ver si alguien aporta algo. Pero nadie parece saber nada, salvo que la mujer ha muerto. Ese dato esencial siempre trasciende. Pero no parecen estar compungidos, más que nada porque no la conocían y en ese caso es difícil sentir tristeza. Más que nada lo que tienen es curiosidad.
Se sabe que era inglesa y que tenía 67 años. También que fue encontrada muerta en su casa, que los bomberos sacaron su cuerpo y que los primeros indicios apuntan a que había fallecido siete días antes. Llevaba una semana muerta y nadie se había enterado. Ni familiares, ni amigos, ni gente que viviera cerca. Así es la vida a veces. Así es la muerte, también.
La Guardia Civil ni siquiera ha sido notificada de los hechos, lo que quiere decir que en principio se trata de una muerte por causas naturales y por lo tanto no hay nada que investigar, no procede.
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