La operación ha corrido a cargo de agentes de la Policía Nacional, que el pasado viernes 6 de septiembre tuvieron conocimiento de que la mujer podía estar siendo retenida contra su voluntad en el domicilio que compartía con su pareja. Familiares y amigos de ella coincidían: llevaban varios días sin poder ponerse en contacto con ella.
Agentes especializados en la investigación de este tipo de casos, de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer –UFAM- junto con otros del Grupo de Atención al Ciudadano –GAC-, se personaron en a casa y allí hallaron evidencias de que se encontraba habitado en ese momento.
No obstante, nadie abría la puerta ni contestaba a los insistentes requerimientos policiales. Los policías llegaron a escuchar una voz de mujer que reclamaba ayuda y, alertador pos esa llamada de auxilio, finalmente consiguieron acceder al interior donde liberaron a la joven y detuvieron al varón.
Según los primeros indicios, él la había aislado de su entorno, que sólo podía ponerse en contacto con la mujer cuando él estaba presente. Era el único de los dos que disponía de teléfono móvil, otro dato que hace reflexionar sobre el grado de control que ejercía.
La violencia ejercida sobre la mujer, indican los policías, había ido en aumento. Fue insultada, amenazada y golpeada en reiteradas ocasiones. Llegó a prohibirle salir de la casa, donde la mantuvo encerrada durante tres días hasta ser liberada por los agentes de la Policía Nacional.
Al arrestado, que cuenta con una detención anterior por un hecho que nada tiene que ver con la presente investigación, también le figuran antecedentes policiales de violencia de género con una víctima anterior, y ya ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial.
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