Si se pregunta así a bote pronto cuáles son las ventajas de vivir en Sierra Nevada, los amantes del esquí contestarán sin dudar un segundo que pasarlo de lo lindo mientras dura la temporada. Pero en el mundo no sólo hay esquiadores y hasta quienes ... no han practicado nunca ese deporte pueden disfrutar de algo que, apelando al tópico, se puede y se debe considerar un entorno privilegiado.
Basta situarse allí cuando ya no hay nieve, en los meses de verano. Quien haya probado a subir desde Granada hasta la estación de Pradollano, que está a 2.100 metros de altitud, habrá notado que abajo se superan con claridad los cuarenta grados y arriba rara vez se llega a los treinta. Lo cual quiere decir que cuando los termómetros, de noche, se deciden por fin a bajar, en la capital sigue habiendo 25 grados casi por noche y en la estación se está a trece o catorce. Que a veces se agradece un poco de abrigo y todo, vamos.
Es un enigma por qué los granadinos no tiran más de su sierra en verano, pero para los pocos que lo hacen eso es una bendición, porque allí están tranquilos, sin apenas coches, con noches silenciosas y respirando un aire muchísimo más puro que en Granada, que según coinciden varios estudios padece uno de los peores registros de contaminación de España.
Cuando no hay nieve, en Pradollano apenas hay unos centenares de vecinos. Se conocen todos, es como un pueblo. Y como se conocen todos, se percibe también un ambiente seguro; allí el índice de criminalidad es bajísimo. De noche, la gente local a veces se mezcla con los escasos visitantes -que sobre todo acuden buscando la práctica de otros deportes, como la bici de montaña, o los muchos senderos que se abren desde allí- y todos comparten un rato en la Plaza de Andalucía, donde hay sitios con tapas, porque después de todo aquello no deja de ser un trozo de Granada.
¿Merece la pena vivir en Sierra Nevada todo el año? Pues no es una mala idea. Según el portal inmobiliario idealista.com los alquileres en localidades próximas como Monachil, Güéjar Sierra o La Zubia, están entre los 600 y los mil euros al mes. Es un precio similar al de muchas zonas del centro de la capital, que por lo demás no está tan lejos: 38 kilómetros de carretera más que aceptable que se recorren en tres cuartos de hora.
De hecho, hay bastantes granadinos que tienen en esos sitios una segunda residencia, bien para pasar los fines de semana o para destinarlas al alquiler. Dentro de esta segunda modalidad, es un hecho que en los últimos años han proliferado los pisos turísticos, que por lo general son más baratos que en Granada y que en Pradollano. Que en Pradollano cuando nieva, hay que aclarar.
La relativa cercanía con Granada es otra ventaja porque las actividades culturales o de ocio que hay allí no quedan tan lejos. Es perfectamente viable vivir en Monachil y bajar al centro a ir a un concierto o a cenar. Si lo hacen los que habitan en Armilla, Maracena o Gójar, que también están en el Área Metropolitana, a ver por qué ellos no.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete