Así se celebra la Semana Santa en la provincia de Granada: tres pueblos que tienes que visitar

Uno es sin duda la Semana Santa Viviente de Cuevas del Campo, un pueblo de menos de dos mil habitantes a 65 kilómetros de la capital (aproximadamente una hora en coche), perteneciente a la comarca de Baza y cercano al Geoparque, el de las cada vez más famosas badlands españolas.

Uno de sus principales atractivos es el cercano embalse del Negratín, el más grande de la provincia, con capacidad para 571 hectómetros cúbicos de agua y con la particularidad de tener una zona acondicionada para el baño, con lo que se puede considerar una playa interior.

Si hace buen tiempo, a lo mejor es buena idea darse allí un chapuzón después de recrearse viendo la Semana Santa Viviente, que transforma al pueblo durante unos días en una especie de antigua Jerusalén a la andaluza y que, por su vistosidad, ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.

La costumbre de representar la semana de pasión en Cuevas del Campo arrancó a principios de la década de los noventa del siglo XX. Desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, la Semana Santa se vive, y nunca mejor dicho, con procesiones y obras de teatro en la que se recrean sus principales acontecimientos.

Para el Ayuntamiento de Cuevas del Campo es un activo turístico de primer orden y fue así como lo presentó en la última edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur). «Nuestra localidad ha marcado un hito en la representación de una Semana Santa Viviente que roza la perfección«, destaca en su página web el consistorio, que añade que el pueblo se vuelca en esos días en una tradición que cada año va a más.

La provincia de Granada tiene dos catedrales y dos obispos. Para ser más precisos, un arzobispo y un obispo. El arzobispo está en la capital, que cuenta con un impresionante templo catedralicio que es una de las joyas del Renacimiento en España. Pero hay otra catedral y otro obispo en Guadix, una preciosa ciudad de algo más de 18.000 habitantes que tiene muchos elementos de los que presumir. Entre ellos, su Semana Santa.

Guadix cuenta incluso con su propia Federación de Cofradías y Hermandades, compuesta por seis organizaciones que organizan salidas procesionales. Entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección, las calles de la localidad accitana se llenan de fervor y solemnidad mientras los pasos desfilan.

Cada cofradía tiene sus propios pasos, que representan diferentes momentos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Algunos de los más destacados son el Cristo de la Columna, la Virgen de la Soledad y el Cristo de la Misericordia. Las tallas que procesionan son de auténtica categoría y los pasos están decorados con esmero. Y por si todo esto fuera poco, el marco en el que se desarrolla todo es ciertamente bello.

La Semana Santa finaliza con el Domingo de Resurrección y es por supuesto el día más festivo de todo el ciclo, por lo que históricamente representa. En Cúllar Vega, un pueblo del Áre Metropolitana de Granada con algo más de 7.000 habitantes, la conmemoración tiene dos protagonistas que se unen al espíritu religioso: los petardos y el ruido que arman.

Porque no se tiran pocos, precisamente. En la edición de 2023 se tiraron cien mil para acompañar la procesión del Niño Resucitado. El Domingo de Resurrección de Cúllar Vega también fue declarado, en 2014, Fiesta de Interés Cultural por la Junta de Andalucía.

Huele mucho a pólvora y a humo, pero todos se lo toman como una parte más de la Semana Santa. Y como además quieren hacer las cosas bien, aprenden de quienes más saben de esto. En la edición de 2023, los petardos los fabricó una empresa de Castellón, y ya se sabe que en el Levante esas cosas se cuidan mucho, y los petardos no los pueden tirar todos.

Hay que hacer antes un curso de formación al que, en Cúllar Vega, se apuntaron 150 personas a un curso Consumidor Reconocido como Experto (CRE), una formación que ha permitido a más de 150 personas participar activamente en la procesión. Que, huelga decirlo, es a estas alturas un atractivo turístico de primer orden para el pueblo.