«Andalucía sufrirá un gran terremoto en los próximos cinco años y el reto es estar bien preparados»
Jesús Ibáñez, catedrático de la Universidad de Granada y exdirector del Instituto de Geofísica, apuesta por la prevención, lo que pasa por «educar a la población»
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Granada
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Iniciar sesión«Sabemos que habrá un gran terremoto en Andalucía en los próximos cinco años», avisa Jesús Ibáñez, exdirector del Instituto de Geofísica de la Universidad de Granada. Aunque no lo hace en plan alarmista, sino basándose en los datos, en la historia y ... en el conocimiento de cómo se comporta la tierra en esta zona.
Jesús Miguel Ibáñez Godoy (Granada, 1964) es lo que se puede calificar con todas de la ley un especialista en la materia. Es catedrático de Física de la Tierra en el departamento de Física Teórica y del Cosmos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada y acumula décadas de experiencia. También es un verdadero experto en la Antártida, que ha visitado en varias ocasiones con fines científicos.
Su vaticinio es claro, pero Ibáñez matiza que eso, de por sí, no tiene por qué sonar demasiado preocupante. «Cuando ocurra, estaremos preparados porque sabemos cuáles pueden ser sus efectos. En Granada o Almería, pese a ser zonas con grave riesgo sísmico, no es previsible un terremoto de magnitud 8 porque no hay un tamaño así para romper, algo que sí ocurre en el Cabo de San Vicente, en Portugal, donde por otra parte también estamos listos ante la posibilidad de que haya un seísmo de esas dimensiones».
Cuando se emplean términos como magnitud o romper, hay que ser más preciso, y eso es lo que hace el especialista a renglón seguido: «La magnitud es un número que se usa para determinar la energía liberada durante una ruptura en el interior de la tierra. Cuando una falla se rompe, se libera una energía que se calcula en julios, una unidad que se simplifica a números menos complejos con el nombre de magnitud. Si es de 8, quiere decir que se ha liberado una cantidad enorme de energía, y en Andalucía no hay una zona tan grande que pueda romperse y liberar tamaña cantidad», concreta.
Los temblores bajo el mar
Aunque, por su persistencia y su magnitud, los terremotos pueden dar más respeto en Granada y Almería, no hay que perder de vista los temblores que vienen del fondo del mar, el riesgo que también llega por mar, en forma de tsunamis. A unos 400 kilómetros del Cabo de San Vicente «existen varias fallas capaces de generar movimientos de magnitud 8, puntualiza Jesús Ibáñez.
Allí sí que hay sitio como para que una falla rompa y genere una enorme cantidad de energía. Es lo que debió ocurrir en 1755 en el llamado terremoto de Lisboa –nombre mal atribuido, porque el epicentro se produjo en el mar- que «arrasó las costas de Ayamonte, Huelva y Conil con olas de hasta 15 metros de altura y causó unas veinte mil muertes en las costas andaluzas».
La pregunta, ante todo esto, es clara: ¿qué se puede hacer? Ibáñez pone el acento en la prevención antes que en la predicción, más que nada porque los terremotos, por el momento, no se pueden ver venir con antelación. «Es algo que no se conseguirá en muchos años», predice el que fuera director del Instituto de Geofísica, que sabe que hay un sistema de Inteligencia Artificial que ha desarrollado la Universidad de Texas y que supuestamente ha logrado predecir el 70% de los seísmos en una región del sudoeste de China con hasta una semana de antelación.
«La Inteligencia Artificial puede equivocarse»
Pero le resta importancia a eso. «Lo que hace la IA es utilizar datos estadísticos en una región en la que hay muchos terremotos, aplica la probabilidad. Pero se puede equivocar, como también pasa con la meteorología, que además también se vale de la IA. Si hay muchísimos terremotos en un sitio, entonces hay más datos para establecer una base estadística. Si no los hay, entonces eso no sirve. Si en mi casa tengo dos gatos negros y son los únicos que he visto en mi vida, puedo pensar que todos los gatos del mundo son negros», explica, de manera muy gráfica.
Descartada por tanto la predicción, hay que afanarse en la prevención, un campo en el que el granadino entiende que queda bastante por hacer. Por ejemplo, en la concienciación. «Hay que educar a la población y hacerle ver que, si hay un terremoto, no es buena idea salir de casa. Todas las personas que murieron en el de Lorca (Murcia) en 2011 lo hicieron en la calle. Si tu casa no está dañada, no tienes por qué salir», indica Jesús Ibáñez, que aboga, además, por hacer más simulacros.
Pone también el acento en la necesidad de proteger los edificios. Los más nuevos no tiene por qué dar problemas, pero sí los antiguos y los monumentos, más vulnerables. Ibáñez opina que es relativamente sencillo protegerlos, si hay voluntad (y en algún caso, también dinero). «En Lorca cayeron techos de iglesias que no estaban bien restauradas, donde quedaban tejados con estructura de madera… Hay que restaurar bien y, como eso es caro, a veces lo que se hacen son lavados de cara, un refuerzo de infraestructuras sin más».
En las casas y pisos antiguos, por lo demás, existe la obligación de que se revisen periódicamente, una especie de ITV inmobiliario que muchos propietarios prefieren no pasar. «A lo mejor piensan que es un engaño, pero es algo fundamental. Si tenemos alguna duda, debemos hacer esa revisión, tenemos que encargarnos de nuestra propia seguridad, como usuarios que somos. Es algo en lo que tampoco estamos educados», concluye Ibáñez.
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