Los efectos de la borrasca Garoé dejan sin servicio la línea ferroviaria Huelva-Sevilla durante los próximos días

De esta forma, mientras Aemet tenía activado un aviso amarillo por fuertes precipitaciones en la provincia onubense -elevado este martes a naranja- el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de España (Adif) anunciaba la imposibilidad de que los trenes pudieran completar los trayectos.

Según una comunicación del Ministerio de Transportes en la tarde del lunes, las fuertes lluvias obligaban a cortar a línea «al menos hasta mañana». Sin embargo, 21 horas después el propio Gobierno reconocía que las inclemencias meteorológicas habían ocasionado «daños en diversos puntos del trazado» y que las labores de reparación se estaban complicando ante «la dificultad de acceder por carretera» a la zona.

Así, aunque aseguran que el personal de Adif está trabajando al máximo «para restablecer la circulación en todo el trayecto lo antes posible», la realidad es que se ha establecido un servicio por carretera entre La Palma del Condado y Huelva.

A este respecto, la entidad pública no es capaz aún de determinar una fecha de reanudación del servicio, por lo que se barajan varios días para que los trabajos puedan llegar a su conclusión. Especialmente porque sigue lloviendo con fuerza en la provincia de Huelva.

El bloqueo del tren es el daño más llamativo de un temporal que ha dejado diversas incidencias en las zonas de tráfico rodado. Según la Diputación de Huelva, los percances se han cuantificado en la carretera HU-3107 (Niebla a Beas), con pequeños saltos de agua en diversos puntos; en la HU-3110, (Moguer a El Rocío), en la confluencia con el polígono industrial del P.K. 0+000; en la HU-3105 (Trigueros a Gibraleón), en un cauce innominado en el P.K. 3+000; y en la HU-4100 (N-435 a Sotiel Coronada), por un pequeño desprendimiento de rocas.

Del mismo modo, la entidad supramunicipal alertó de que la HU-3101 (Huelva con La Ribera) y la HU-6110 (Escacena del Campo a Aznalcóllar), habían sido cortadas al tráfico por las crecidas de los arroyos. En el último caso, a la altura del puente sobre el arroyo de Tejada.