Día Mundial de la Lucha contra el Sida: el VIH ya no mata pero sigue siendo una amenaza
El Hogar Gerasa en Chiclana fue uno de los primeros centros de acogida para enfermos terminales de sida cuando este virus era letal
Los continuos avances farmacológicos han hecho de este virus letal una enfermedad crónica contra la que aún no hay vacuna
Las relaciones sexuales, tras del 63,7% de los nuevos casos de VIH en Andalucía
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Iniciar sesiónLa heroína causaba estragos en el mundo en la década de los ochenta y Andalucía no fue una excepción. Los toxicómanos compartían jeringuilla para sus dosis, no se tomaban precauciones en las relaciones sexuales y el silencioso virus del VIH se extendió como ... la pólvora, especialmente en un sector marginal de la sociedad. En la década de los noventa, los contagios eran importante y las muertes, también. Este nuevo virus fue contraído por millones de personas. No había tratamiento para una enfermedad desconocida y temida que además estigmatizaba a quienes la contraían.
En la comarca gaditana del Campo de Gibraltar la situación fue terrible debido a los contagios entre los heroinómanos. La congregación religiosa Hijas de la Caridad, consciente del abismo al que se enfrentaban estos enfermos, abrieron en La Línea de la Concepción en 1993 el Hogar Marillac para darles una muerte digna. Fue un centro pionero. Un grupo de sanitarios creó un año más tarde la asociación Gerasa y, en colaboración con las Hijas de la Caridad, abrió en 1996 el Hogar Gerasa, en Chiclana de la Frontera, también en la provincia de Cádiz.
Trinidad Merino es presidenta de la asociación Gerasa. Este viernes se ha conmemorado el Día Mundial de Lucha contra el Sida y ABC ha hablado con ella para que su testimonio permita profundizar en una realidad no tan lejana que resultó devastadora para muchos andaluces. «Sanitarios del hospital de Puerto Real creamos la asociación Gerasa porque vimos las necesidades de cobertura que tenían los enfermos de sida una vez que recibían el alta hospitalaria. Era una enfermedad totalmente desconocida y marginal. La mayoría de las personas portadoras eran drogodependientes, por lo que el núcleo familiar había quedado destruido por la otra enfermedad, la drogodependencia. Se veían en la calle. Había además mucho miedo en la sociedad y abrimos el Hogar Gerasa», explica.
Este hogar abrió inicialmente con 16 plazas para hombres «para ofrecerles una muerte digna. El que venía a Gerasa venía a morir dignamente. Después ampliamos con tres plazas para mujeres y en 2004 ya tuvimos 19 para hombres y seis para mujeres».
Han sido muchas las muertes que han acogido las paredes del Hogar Gerasa en estos años, centenares según reconoce la presidenta. Las Hijas de la Caridad, personal del centro y voluntarios les han proporcionado el calor y los cuidados que necesitaban. Afortunadamente, el sida ya no es letal si se recibe el tratamiento adecuado. Los avances farmacológicos han sido tantos en estos años que Gerasa ya no es desde el año pasado un hogar para enfermos de sida sino una residencia para personas con discapacidad gravemente afectados y que sufran marginación social.
«No hay que perderle el miedo»
No obstante, desde Gerasa se apela a la responsabilidad para evitar contagios. «El VIH ya no mata pero es una enfermedad crónica. El enfermo de VIH, con un estudio adecuado y una medicación y un control correctos no necesita unos cuidados específicos. También han evolucionado los tratamientos. Si antes eran necesarios seis comprimidos al día, hoy con una pastilla al día es suficiente. Eso sí, hoy en día se le ha perdido el miedo a esta enfermedad, se ve como algo más normalizado pero no debemos olvidar que el VIH sigue estando presente y que aún no hay vacuna. Por tanto, el sida ha pasado de moda pero no ha dejado de existir, sigue siendo una enfermedad crónica que si no es tratada llega a ser mortal. Hay que perderle el miedo a la enfermedad pero la prevención y el respeto, nunca», agrega Merino.
Y añade: «Ojalá existiera ya una vacuna contra el VIH y fuera obligatoria para todos porque nadie está exento de contraer esta enfermedad». Por todo ello, defiende que es necesario seguir conmemorando el Día Mundial de la Lucha contra el Sida.
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