La designación del cineasta Salomón Castiel, un guiño a la cultura del Gobierno andaluz

Castiel, miembro de la Real Academia de Cine y expresidente de la Spain Film Comission, ha dirigido además los festivales cinematrográficos de Málaga, Valencia y Tánger. Es, también periodista y gestor cultural. Su figura lima asperezas con el mundo del celuloide, sobre el que Bernal, su jefe, tuvo unas palabras de crítica hace años. Además, es un guiño al mundo de la Cultura, área diluida dentro de una consejería coral.

También es llamativo el currículum de Isabel Sánchez, exjugadora profesional de la NBA y médico, que será directora general de Eventos e Instituciones Deportivas, cargo en el que ya estaba en la pasada legislatura. Sánchez ha sido medalla de plata en el Europeo de baloncesto de 2007 y bronce en el de 2011 con la Selección Nacional.

Si hay una jugadora de baloncesto en el Gobierno, también habrá un entrenador. José María Arrabal, que es el secretario general de Deporte, empezó su carrera profesional como entrenador en el equipo de los Maristas de Málaga. Como Sánchez, es un fichaje del fallecido consejero de Educación, Javier Imbroda.

El nuevo Gobierno andaluz contará, además, con un magistrado. Se trata de Francisco Ontiveros, quien será el director general de Justicia Juvenil y Cooperación. Durante años ha estado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada. Habrá, incluso, un oficial del Ejército de Tierra: José Loaiza, nuevo director del Instituto Andaluz de la Administración Pública (IAAP) y militar en la reserva.

Entre los altos cargos de la Junta hay titulaciones de todos los tipos: ingenieros, economistas, docentes... Pero, sin duda, lo que más abundan son los licenciados en Derecho. Pero también hay filólogos románicos o maestros.

La segunda nota dominante es que muchos de quienes se han nombrado son funcionarios de carrera. La inmensa mayoría proceden de la misma Junta. Esto tiene dos lecturas: el Ejecutivo andaluz gana en profesionales que conocen perfectamente el funcionamiento de la Junta. Sin embargo, hay pocos grandes fichajes de fuera del mundo de la función pública, lo que subraya algo que Moreno ha puesto de relieve en varias ocasiones: lo complicado de atraer a perfiles de la empresa privada.