Desafío narco en Andalucía a la Guardia Civil: «Entraron al cumpleaños del niño a hacernos fotos»
Dos sujetos fotografiaron al hijastro de un guardia civil y al propio agente durante una fiesta de niños para intimidarlos
Destrozan el coche de la jueza que investiga la muerte de dos guardias civiles en Barbate

No fue una amenaza directa, solo un aviso. Ni siquiera en un principio se lo tomaron como una agresión o una invasión de su intimidad. Parecían dos chalados, pero sabían lo que hacía. Era una forma de intimidar, que pasado le tiempo cobra fuerza y ... deja evidencia del poder de desafiar a las autoridades que tienen los narcos en la costa de Andalucía, sobre todo en ciertas partes de Cádiz. Cuando el hijastro de Agustín Domínguez, portavoz de Jucil en Cádiz, cumplió once años, celebraron una pequeña fiesta en un McDonald, sin saber la desagradable visita que iba a recibir. «Es el hijo de mi pareja y yo estaba allí hablando con el padre cuando entraron dos jóvenes con apariencia de magrebíes», recuerda Domínguez.
Los dos sujetos comenzaron a hacer como que miraban la carta mientras los apuntaban con el móvil. «Hicieron el paripé. Me di cuenta. Los veía con el móvil. Los miré y ya está, pero entraron al cumpleaños del niño a hacernos fotos», asegura.
Conscientes de que el agente de la Guardia Civil, uno de los portavoces mas beligerantes contra el narcotráfico en Cádiz, no les daba importancia, se acercaron para hacer notar su presencia. «Antes de irse esquivaron la barra y uno me apuntó con el móvil. Me hizo una foto, pero nada más», recuerda Domínguez, quien explica que los supuestos narcos se marcharon del McDonald sin dejar de mirarlo. «Me mantuvieron la mirada durante todo el trayecto hasta la puerta. Era una mirada desafiante, como tratando de intimidarme», afirma.
«Aquel día me lo tomé a risa. No me preocupó. Sin embargo ahora están pasando algunas cosas que me han hecho volver a pensar en aquello. En realidad quisieron mostrarme que eran impunes. Intentaron intimidarme», sostiene el portavoz de Jucil, quien explica que los hecho ocurrieron en diciembre y que, hasta ahora, no ha sido realmente consciente de lo que quisieron hacer aquellos dos sujetos.
El portavoz sindical de la Guardia Civil explica que todo ocurrió en diciembre, pero ahora tras vez varias acciones es cuando ha decidido contarlo. «Hay cada vez más impunidad. Ellos se sienten superiores», añade el portavoz, que recuerda el caso de la jueza que lleva la instrucción por el asesinato de Miguel Ángel González y David Pérez, los dos agentes asesinados arrollados por una narcolancha en Barbate el pasado 9 de febrero de 2024.
La magistrada denunció los destrozos en su vehículo el pasado 8 de marzo. Esa mañana, al ir a coger el coche, se encontró con que tenía las cuatro ruedas pinchadas y había sido rociado con pintura negra tanto en el capó como en el techo y en los laterales. Además, el símbolo trasero de la marca del fabricante había sido sustraído.
La juez aportó en el cuartel de la Guardia Civil de Barbate (Cádiz) fotografías de los desperfectos del vehículo. Y mientras se busca a los autores, fuentes consultadas por ABC explican que han vuelto a aparecer nuevos mensajes contra ella acompañados de un punto de mira. «Hay que tener estas cosas en cuenta. Por eso, ahora recuerdo aquello que pasó en el cumpleaños del niño. No lo entendí como una amenaza, pero sí como un aviso de que están ahí. Una forma de intimidar», añade Domínguez.
Para el portavoz de Jucil no es una amenaza directa. «Creo que lo que me quisieron decir es que me calle, que tenga la boca cerrada, que no siga denunciando la situación que hay», explica el portavoz de Jucil, quien remarca que lo que ocurrió fue «un desafío». «Es que hay un impunidad increíble. El otro día en una intervención recibieron a los guardias civiles a tiros», remarca Domínguez.
El desafío es constante. Los narcos se ven con mejores medios que los agentes y con más fuerzas, además cuentan con el apoyo social de buena parte de la población. Hay que recordar que durante el asesinato de los dos agentes de Barbate, una multitud celebraba que la lancha les pasara encima. Pidieron la muerte de los guaridas y vitorearon el fatal desenlace.
Ese mismo año, una multitud asaltó el cuartel de Barbate para intentar liberar a unos detenidos. Hubo tres heridos en el ataque al edificio de la Benemérita, aunque no consiguieron el propósito de hacerse con el control y llevarse a los arrestados. Gritaban en ese momento que les tenía que pasar de los dos muertos en la bocana del puerto de esta misma localidad. Uno de los últimos episodios son los destrozos del coche de la jueza. Ahora uno de los agentes que denuncia el poder de los narcos también ha sufrido un intento de callarlo.
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