Cronología de una 'exclusió': el catalán deja fuera a opositores de Enfermería andaluces con nota para plaza en Baleares

Pese a haber obtenido calificaciones que les garantizasen la plaza en un entorno de trabajo donde además acumulaban una experiencia de varios años, según el caso, el requisito sobrevenido del B2 en la lengua cooficial -al igual que lo es el castellano en el archipiélago- ha terminado por excluirles del proceso selectivo, como quedó recogido en el Boletín Oficial de las Islas Baleares (Boib) del pasado 25 de septiembre.

Y es que tras estas pruebas ha pesado la intención política y la mala suerte a partes iguales. Así lo aseguran algunos de los aspirantes, profesionales de solvencia en el IB-Salut, a los que ABC ya pudo entrevistar a comienzos de año, y que ahora no esconden su desencanto ni su intención de iniciar acciones legales.

Como por ejemplo Rocío Sánchez, enfemera onubense con varios años de experiencia en las Islas, donde llegó a ser coordinadora del centro de rastreo de Covid. En agosto, las listas oficiales la reflejaban 'con plaza adjudicada', en el puesto 14 de la clasificación. Un mes después, ha quedado excluida por la revisión de requisitos.

La línea cronológica del proceso se resume en pocos hitos. En noviembre de 2022 se convoca la Oferta de Empleo Público (OPE) para varias categorías, entre ellas la Enfermería, a secas, y la Enfermería de Urgencias de Atención Primaria. Lógicamente se exigían diversos requisitos, pero el catalán no era uno de ellos. Simplemente era un conocimiento que de tenerlo, sumaba.

En marzo, cuando ya los opositores se habían matriculado, el asunto idiomático pasa a ser obligatorio. Tuvo que ver en ello la presión ejercida por Mes por Mallorca, formación política que facilitó el Gobierno de Francina Armengol al frente de Baleares y que, ante ese segundo plano del catalán en los procesos selectivos, se traducía como un tambaleo de la gobernabilidad.

El cambio se ratifica en las bases de la prueba, «pero no se publicita en ningún sitio, ni se hacen eco los sindicatos ni los colegios profesionales», recuerda Alejandro Herrerías Cirre, uno de los cinco andaluces cuyo recorrido en la OPE ya ha concluido pese a haber «encadenado prácticamente 16 años ininterrumpidos trabajando en Mallorca», ser «el primero de la bolsa» y obtener la decimotercera mejor calificación en el examen.

Y aunque se da la opción de una moratoria de 2 años para poder estudiarlo (recordamos, hasta obtener un nivel de B2, es decir, medio-alto) ésta solo se aplica a aquellos enfermeros que estuvieran trabajando en el IB-Salut en el momento de la convocatoria, y sólo si la categoría en la que se enmarcaba el empleo era la misma a la que aspiraban opositar. En el caso de Alejandro no es viable por no estar trabajando en el momento de inicio. Pese a todo, asegura tener acreditado un B1 en catalán, el nivel inmediatamente inferior al requerido.

Lo más flagrante sucedió en verano. La candidatura popular se impuso en las elecciones al Parlamento balear de mayo de 2023 y, entre los primeros ajustes del mandato de Marga Prohens, figuró la retirada del catalán como mecanismo excluyente, lo que se aplicó en agosto.

Sin embargo, la nueva fórmula no podía tener carácter retroactivo, lo que dejó a este grupo de enfermeros en tierra de nadie. Concretamente a cinco, excluidos «una vez comprobada la documentación presentada» al no cumplir «con el requisito exigido en el punto 8.2.d de las bases de la convocatoria, no acreditar el nivel B2 de catalán según la disposición transitoria segunda de la Ley 4/2016, de 2 de abril» y no cumplir «con lo requerido en la disposición adicional decimotercera del Decreto Ley 6/2022 de 13 de junio».

«Todos los años me llamaban desesperado porque no tenían gente. Las bolsas se vaciaban en verano y ellos no dudaban en pedir el favor», recuerda el enfermero. «No sé cuántos compañeros se han ido ya por el tema del catalán, hartos de ver, por ejemplo, como sus niños no aprendían castellano correctamente», recalca, para añadir que «esto es un callejón sin salida. Y lo peor de todo es que se sabe que dentro de unos años la mitad de la población balear será extranjera, alemana o inglesa. Mientras nos estamos peleando por el catalán».

En el caso de la onubense Rocío Sánchez Rodríguez, que obtuvo la tercera mejor calificación -de 366 personas- en la prueba de Enfermera de urgencias de Atención Primaria (49,75), sólo puede aspirar a lograr plaza en por Enfermería general, donde obtuvo una peor calificación, pero la que le permite acogerse a la moratoria.

Los dos, así como otros opositores excluidos, están inmersos en un recurso y una demanda judicial conjunta, que van a cursar a través del Sindicato de Enfermería (Satse).

En los dos próximos meses, la organización sindical de los enfermeros recabará toda la documentación necesaria «para que no se desestime por ningún defecto de forma», explica el secretario de Satse en Andalucía José Sánchez Gámez, consciente de los resquicios de la justicia.

«No creemos que sea legal, y confiamos en que un juez nos dé la razón. Lo que está claro es que en mitad de la partida no se pueden cambiar las reglas del juego», recalca. «Hay españoles que se van a Suecia a trabajar y en vez ser rechazados por no saber el idioma reciben ayuda para aprenderlo. Y aquí, entre españoles y entendiendo todos el castellano, resulta un problema».

El recurso lo están preparando a nivel nacional, pues hay aspirantes de fuera de Andalucía que también han sido vetados en el proceso por no tener el B2. «Desde luego nosotros vamos a poner todos nuestros medios para poder representar a todos los afectados por estas cuestiones políticas», concluye.