Los zapadores cordobeses en Valencia: «Hay que vivir la desesperación con la que nos reciben para que les ayudemos»

Entre estos efectivos se cuentan los zapadores de la Brigada 'Guzmán el Bueno' X, que se han unido en un grupo táctico específico para la ocasión a otros militares procedentes de la base militar de Cerro Muriano. En concreto, este equipo está formado por el regimiento de infantería 'Garellano' 45; el Regimiento de Infantería 'La Reina' ; el Regimiento Acorazado 'Córdoba' 10; el Batallón de Cuartel General X y el grupo de artillería de campaña X. Entre sus diversas y constantes misione se encuentra la reestructuración de un vertedero habilitado en un campo de fútbol.

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Al mando de la unidad se encuentra la capitán Berta Casans, quien se ha sorprendido al encontrarse con una situación aún peor que la transmitida por los medios de comunicación. «La televisión transmite la situación que tiene cada persona, pero la desesperación con la que nos reciben para que les ayudemos, eso lo tiene que vivir uno en sus propias carnes». En ese sentido, Casans prosigue en su charla con ABC que «hay familias que se han quedado sin nada, y uno no se puede ni imaginar las cantidades de residuos, como colchones, muebles, bicicletas, motos o vehículos que se han quedado inutilizados».

Este aspecto de los residuos no es baladí, sino vital, hasta el punto de que los zapadores procedentes de Córdoba se están dedicando a reestructurar un vertedero en un campo de fútbol de la zona de Alfafar que ha quedado completamente embarrado por la riada.

«Con las máquinas estamos haciendo un reacondicionamiento del terreno en contacto con diferentes empresas civiles, posteriormente la basura acumulada será retirada con una trituradora». Además de este vertedero improvisado, y como indica la capitán, las autoridades correspondientes están autorizando otros lugares que servirán «como puntos de acopio de la basura previamente acumulada en las calles».

Los zapadores también están trabajando, primero en Paiporta y ahora en Alfafar, en labores de limpieza de las calles. Para ello cuentan con una unidad ligera que «dispone de una serie de máquinas, como mini-máquinas, dumpers, cargadoras o volquetes, y con ellas recogemos el material que han sacado los vecinos de sus casas, y que acumulan en el centro de las calles».

Casans detalla que por las poblaciones que están pasando no encuentran en estos momentos escasez de agua o de luz, pero sí confirma que en algunos lugares el alcantarillado ha quedado atorado, e incluso con las lluvias más recientes fue incapaz de tragar el agua que caía, produciendo de nuevo inundaciones, afortunadamente nada relevantes.

Los zapadores han de trabajar cuidadosamente en estas condiciones, velando también tanto por su propia seguridad como por la de los vecinos que les rodean, puesto que emplean maquinaria ligera y pesada. «Todo el mundo está volcado en ayudar, por lo que debemos tener mucho cuidado para evitar atropellos o que nadie se meta en la zona de trabajo de otra persona, para ello tenemos un equipo de seguridad alrededor de las máquinas». Tras las labores de emergencia deberán proseguir trabajos muy serios de limpieza de lodo.