(En vídeo) El Mercado Íbero-Romano de Córdoba abre una puerta de animación y color a un pasado ideal

Caminan sobre el que ahora se llama Guadalquivir, pasan junto a la Calahorra que tampoco conocieron y se dirigen a la ribera izquierda, donde huele a asados antiguos y a varitas de incienso, donde se pregona casi cantando la mercancía y abundan los artesanos.

Al mediodía de este viernes se ha inaugurado el Mercado Íbero-Romano, que es como se llama este año lo que siempre se llamó en Córdoba Mercado Medieval, y lo ha hecho con una cabalgata en que además había un elefante mecánico, accionado por una persona.

Muchos se han sumado a la fiesta ya desde el primer momento y han empezado a curiosear entre los puestos de alimentos y los de cosas hechas a mano, de las varitas para quemar incienso en casa hasta las joyas personales que no se encuentran en otros lugares.

Visten los que atienden la clásica toga romana, aunque en sus puestos haya patatas y chocolate que llegaron mucho después de América, y la posibilidad de escribir el nombre en árabe. Es un anacronismo que se permite, porque lo esencial es el ambiente y el color, la diversión de pasar el día y comprar algo.

Rosa y Juan atienden en un puesto en que se ofrece artesanía de vidrio. Hacen joyas en su propio taller, con sus diseños, y allí están colgantes, pendientes y pulseras. «Venimos de Loeches, en Madrid, y aunque tuvimos tienda propia, ahora trabajamos sobre todo en mercados como éste, porque la pandemia se lo llevó todo», relata Juan.

Mientras, Rosa atiende a los clientes y muestra las joyas, engarzadas con plata, que más de una se lleva a casa, y a un buen precio por no haber intermediarios que lo encarezcan. El olor de las chacinas y del queso va llevando a muchos visitantes por otros lugares del mercado.

Junto al río está también José Manuel Baños, que se acredita como el último maestro herrero de la comarca de la Vera, en Cáceres. Es la quinta generación de este antiquísimo oficio en su familia, y ofrece escultura en que utiliza piedras que desechan los agricultores en los campos de tabaco y pimientos de su tierra.

Cuando tienen la forma adecuada, las ensambla con hierros y forma con ellas animales: perros, gatos, hormigas y muchas otras especies. Los búhos son especiales porque se mueven de forma natural, por el equilibrio que se consigue sobre el eje.

«También tengo esculturas que me han pedido Ayuntamientos», dice el responsable de la empresa Forjavera, y muestra un jabalí de hierro y una figura de Gollum, el personaje de 'El Señor de los anillos', a base de arandelas. «El oficio se pierde. Apenas hay formación, la que hay es teórica y esto se aprende de forma más práctica. Yo tengo muchos años de oficio a mis espaldas de haber lo aprendido con mi familia», cuenta.

Mientras avanza el día se va llenando el Mercado Íbero-Romano. Vuelan las aves de cetrería y los pequeños buscan las animaciones y los juegos tradicionales de una época en que la diversión tenía que ser sin electricidad y sin pantallas.

Se esperan multitudes para todo el fin de semana, cuando por las calles de la orilla izquierda del viejo Betis vuelvan los soldados romanos, las togas y el ambiente de lo que quizá no se parezca tanto a la imperial Corduba, pero al menos entre todo el mundo habría ilusión de reconstruir.