Vanessa Monfort desmenuza en la Feria del Libro de Córdoba las relaciones entre madres e hijas

Monfort, también periodista, ha explicado que tiene un don especial para que la gente le haga confesiones, incluso íntimas, sin apenas conocerla, y que esta cualidad la emplea para la confección de sus novelas, basadas muchas veces en entrevistas personales. En este caso ha recordado que realizaba dos preguntas que incomodaban muchísimo a sus entrevistados: «¿Qué le dirías a tu madre si no tuviera consecuencias?» y «¿qué le pedirías que te cuente?». Estas cuestiones están directamente conectadas con un argumento en el que hijos ya en edades maduras se percatan de que sus padres se han hecho mayores de pronto.

Estas entrevistas parten de una labor más profunda junto a un grupo de psiquiatras de familia, que han ayudado al proceso de construcción de los personajes. Y aquí habría que matizar, de los personajes humanos, ya que la novela también incluye la perspectiva de los perros del malogrado paseante, de las que se desprenden los modos en que manejan las relaciones algunas personas.

Esto surge de una reflexión durante la pandemia, cuando la escritora se dio cuenta de que a muchos miembros de su generación (nació en 1975), se les había formado mejor que a los de épocas anteriores y además se les había inculcado dar prioridad a sus carreras. Con el Covid, esos hijos estaban muchas veces lejos, porque no trabajaban en su ciudad, y observaban con preocupación a unos progenitores ancianos. Y además no podían cuidarlos. «Los hijos no podían ser buenos hijos», ha remarcado la autora, para la que la trama de misterio está unida a ese otro tema social sobre el destino que aguarda a la tercera edad y las implicaciones de unos vástagos sin tiempo de calidad para los suyos.

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Monfort ha clasificado a las madres en distintas clases, como por ejemplo la «madre GPS», cariñosa y muy preocupada, que llama constantemente a sus hijos, o la contraria, «por falta de cobertura emocional». También ha hablado de la madre-hija, es decir, aquella madre a la que han de cuidar sus hijos porque tiene ciertos comportamientos inmaduros.

La presentadora y también novelista, Matilde Cabello, ha destacado el carácter periodístico de la obra de Monfort, de la que ha alabado también su estilo, al calificarlo con una expresión que, a su juicio, remite a las mujeres mayores de Andalucía: «qué primor». Cabello ha disertado con humor acerca del cambio que se opera precisamente en las personas que llegan a la ancianidad, y que de pronto ven cómo cambia el trato que se les da en lugares cotidianos, por ejemplo el banco, donde los empleados pasan a dirigirse a ellos «como si ya no estuviéramos bien de la cabeza». Estas vivencias o anécdotas quedaban así ligadas al carácter social de la novela.

Asimismo, Cabello ha definido como «maestra del suspense» a la barcelonesa, «pero con una voz más de mujer que otras maestras que nos vienen a la mente». Esa perspectiva femenina ha constituido también gran parte de las bondades subrayadas por la presentadora durante la charla, a la que acudió bastante publico en el último día de la Feria del Libro.

Nacida en Barcelona y licenciada en Ciencias de la Información y dramaturga en los inicios de su carrera, algo que retomaría más tarde, ganó con su primera novela, 'El ingrediente secreto', el Premio Ateneo Joven de Sevilla. Con su segunda novela, 'Mitología de Nueva York', se hizo ya con el Premio Ateneo de Sevilla. Igualmente, consiguió el Premio de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza con 'La leyenda de la isla sin voz'. Su séptima novela, 'La hermandad de las malas hijas' sigue la estela del éxito de 'Mujeres que compran flores', con la que consiguió vender 300.000 ejemplares.

En cuanto a su vuelta a la dramaturgia, en este caso en 2012, se produjo con la adaptación de 'La regenta' para Los Teatros del Canal de Madrid. Ese mismo año, dirigió en el Teatro Guindalera 'Tres desechos en forma de ópera'. En 2013, escribió y dirigió 'Sirena negra', un monólogo musical, además de recibir encargos para el Royal Court Theatre de Londres y el Teatro Nacional de Panamá. Su obra 'El galgo' fue seleccionada para el primer Laboratorio de Escritura Teatral de la Fundación Autor.