Turismo activo
Las últimas lluvias resucitan los negocios de ocio acuáticos en el embalse de Iznájar
Alúa dispone en su oferta de alojamientos, restaurantes, campamentos y cursos de formación, además de kayak, paddle surf, vela, piragua o rafting
Los brotes verdes que florecen en la España más seca: «El agua lo mueve todo»

En Andalucía, la empresa Alúa también se ha visto afectada por la sequía de estos años. Alúa gestiona dos centros de ocio: el primero de ellos en Iznájar, en la playa del pantano, alrededor del que es el embalse más grande de Andalucía; y un segundo centro en Benamejí, ubicado junto al río Genil y muy cerca del parque natural de las Sierras Subbéticas.
Las lluvias de febrero y marzo, muy abundantes en esta zona de Andalucía, han permitido remontar y recuperar parte de los escasos niveles de agua que arrastraba el pantano de Iznájar. En la última actualización que publicaba la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CGH) se ve reflejado que en Iznájar hay 287 hectómetros cúbicos de agua embalsada para una capacidad de 920 hectómetros cúbicos, lo que significa que el embalse está actualmente al 31'30 % de su capacidad total.
Hay que recordar, no obstante, que este embalse también experimenta subidas en sus niveles de agua durante los meses de calor. Esto es debido al deshielo de Sierra Nevada, cuya reserva de nieve, al derretirse, hace crecer los ríos y arroyos de la zona, además de ayudar con las labores de regadío en verano.
Posición actual
El CEO de Alúa y presidente de la Estación Náutica Lago de Andalucía, José Carlos Romero, asegura que estos meses lluviosos han ayudado a aumentar la demanda de los servicios que ofrecen en sus centros. «Hay bastante interés, más incluso que hace cinco años», asegura. Alúa dispone en su oferta de alojamientos, restaurantes, campamentos y cursos de formación, además de actividades como kayak, paddle surf, vela, piragua o rafting, entre otras.
La conciliación entre las distintas actividades que realizan ha mejorado al disponer de una mayor cantidad de agua. Uno de los mayores problemas que tenían hace cinco años era la dificultad para compaginar la vela con el rafting, pues ambas actividades se realizan con cantidades diferentes de agua.
Actualmente el rafting se lleva a cabo en los periodos de apertura de la presa que regula el río Genil, cuando se suelta agua a petición de los regantes durante unas siete horas aproximadamente, tiempo suficiente para realizar esta actividad sin que otras con unas necesidades distintas se vean comprometidas.
No obstante, y aunque han experimentado ciertas mejoras en su negocio, desde Alúa son claros: la situación este año no es extraordinaria a pesar de las abundantes lluvias de los meses pasados. Si lo reflejamos en cifras, el embalse de Iznájar comenzó la temporada con una capacidad de aproximadamente el 12 ó 13%, mientras que ahora está cerca del 30%.
Las lluvias de estos meses, por tanto, han permitido que empresas como Alúa salven su temporada. Sin embargo, si nos remontamos una década atrás, el embalse llegó a comenzar los meses estivales al 60% de su capacidad y solía terminar la temporada al 30%, cifra a la que está ahora al comienzo. Tal y como asegura José Carlos Romero: «Son necesarios varios años de lluvia para superar la sequía de todo este tiempo».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete