Los trastornos mentales se disparan tras la pandemia del Covid en Córdoba

Según los datos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía a los que ha tenido acceso ABC Córdoba, casi 175.000 cordobeses fueron atendidos en la sanidad pública por diferentes problemas de salud mental durante todo el año pasado, lo que supone un considerable incremento de más de 20.000 pacientes respecto a los 154.000 que se contabilizaron en 2019, el último con datos que están afectados directa o indirectamente por la pandemia.

En el último año, la provincia de Córdoba ha sufrido un significativo incremento de los trastornos asociados a la salud mental. Según los datos del SAS, el aumento de casos en 2022 en comparación con el 2019 ha sido de un 13 por ciento. De hecho, desde 2019 la tendencia anual siempre ha sido de constante línea ascendente en estos diagnósticos.

Todos los trastornos de los que hace seguimiento la sanidad pública han crecido, con la única excepción de una levísima reducción en la ezquizofrenia. El resto han subido de forma notable: el trastorno de ansiedad, del estado de ánimo, de la conducta alimentaria, de la personalidad y el comportamiento, del inicio de la infancia-adolescencia y del espectro autista.

El trastorno de ansiedad es que el acumula a más personas en la provincia de Córdoba. En 2022, fueron atendidos por este problema de salud mental más de 95.600 pacientes. Un dato muy significativo es que los nuevos diagnósticos el año pasado fueron 21.263. En este caso, representan un incremento de 3.556 casos más de los que se detectaron por primera vez en 2019 y un ascenso superior al 20 por ciento que antes de la pandemia.

El trastorno del ánimo es el que acapara el segundo escalón en cuanto a número de personas atendidas. En este caso, el repunte ha hecho que en 2022, la cifra de cordobeses con este problema sea superior a 52.500. Pero, la evolución creciente de la situación se evidencia con que los nuevos casos detectados durante el año pasado fueron 3.582, es decir, 400 más que en 2019, lo que representa un incremento de los nuevo diagnósticos del 12,6 por ciento.

En conjunto, el trastorno por ansiedad y el trastorno del ánimo representan el 85 por ciento de las personas que han sido atendidas en 2022 en Córdoba por el Servicio Andaluz de Salud por un problema mental. El resto de los trastornos tienen una incidencia más pequeña, aunque entre todos abarcan el restante 15 por ciento.

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¿Del resto de los trastornos, cuáles son los que se han disparado desde antes de la pandemia hasta ahora? Los datos del SAS son clarificadores. La falta de relación de los niños en etapas tempranas han podido motivar una falta de desarrollo habitual en los pequeños, lo que podría estar asociado a su vez con un incremento notable del número de diagnósticos de menores con trastorno del espectro autista (TEA). De los 171 casos detectados durante 2019 se ha pasado al diagnóstico de 324 en 2022. Son 153 personas más. En este caso, el crecimiento de nuevos casos detectados es del 89 por ciento. En Córdoba durante el año pasado, el SAS atendió a 2.004 personas con TEA.

También hay un aumento exponencial en las personas que han sido diagnosticadas con trastorno de la conducta alimentaria. En este caso, el año pasado hubo 121 casos más detectados por primera vez que en 2019, lo que significa un 44,3 por ciento más. Se vieron 394 casos por los 273 de 2019. El SAS atendió en 2022 a 1.844 personas con TCA.

La evolución al alza de los nuevos diagnósticos del trastorno de la infancia-adolescencia ha sido del 21,7 por ciento desde antes de la pandemia hasta ahora. El año pasado se dieron 334 casos más que en 2019, hasta aparecer 1.871 nuevos. Hay 6.476 personas que fueron atendidas en el SAS por esta conducta en 2022.

El trastorno de la personalidad y del comportamiento adulto roza los 9.500 pacientes atendidos en el último año en la provincia. En este supuesto, también se ha producido un incremento, aunque más leve que en otros. Los 819 casos nuevos registrados en 2022, suponen sólo 11 más que en 2019, lo que representa 1,3 por ciento más.

Sólo caen los casos de diagnóstico de ezquizofrenia. Apenas un descenso de nuevos casos del 5 por ciento respecto a 2019. Es la excepción que confirma la regla. Sin embargo, los casos acumulados sí crecen. El SAS atiende a 350 personas más que antes de la pandemia: 6.865 por este trastorno.

El estudio del Servicio Andaluz de Salud sobre los trastornos mentales también establece una tasa de prevalencia de cada persona atendida por un determinado diagnóstico. La conclusión también es contundente. Ha crecido en todos los casos.

El incremento más importante en la tasa de prevalencia se produce también en el trastorno por ansiedad hasta llegar a una cifra de 11,3. Le siguen en esta escala el aumento de la prevalencia del trastorno del ánimo e igualmente en el trastorno de la personalidad y el comportamiento adulto. Las variaciones son menos significativas en el resto de trastornos.

 Ana Belén Pistón, neuropsicóloga del servicio de Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Córdoba, confirma que también ha percibido ese incremento de casos en las consultas y que los datos también los ratifican diversos informes. «Existe un aumento de los problemas de salud mental tras el Covid-19, según un informe de la QMS».

Este aumento tiene su origen, en parte, en la propia pandemia. Pistón explica que las causas pueden ser «la experiencia vivida, el miedo al contagio, miedo a la muerte, el duelo por haber perdido un ser querido, sensación de soledad, sensación de vulnerabilidad y fragilidad o preocupaciones económicas». Además, añade que «en el periodo de pandemia se vio interrumpida la atención o se cambió a modalidad telemática, quedando fuera del alcance de personas con dificultades de acceso a las nuevas tecnológicas».

Esta neuropsicóloga de Quirónsalud en Córdoba destaca que «los trastornos de ansiedad y depresión son los que han sufrido un aumento muy significativo». Sin embargo, hay otros factores que han empujando los trastornos mentales al alza. «Estos factores son las situaciones de alta demanda laboral, académica, personal, establecer una nivel de exigencia muy alto imposible de llegar y generador de frustración, ya que en la actualidad la perfección reina en todas la influencias que el ser humano recibe, provocando una comparación con nuestra vida, y generando insatisfacción», detalla Ana Belén Pistón.

¿Y qué se puede hacer para frenar este incremento de casos? Pistón asegura que «la psicoterapia es esencial para que la persona adquiera herramientas eficaces de afrontamiento y las aplique en su vida diaria. Siendo las intervenciones psicológicas una 'necesidad' y un derecho de todas las personas».

A su juicio, «actualmente se están desterrando mitos y falsas creencias sobre 'pedir ayuda'» cuando se acude a una consulta de salud mental, ya que está «cambiando la imagen y normalizándola», puesto que concluye que «es necesario visibilizar el cuidado de la Salud Mental como parte fundamental en la calidad de vida».