Los trabajos arqueológicos en el anfiteatro romano de Córdoba, a la espera de comenzar

Se trata de un conjunto que presenta en cierto modo características no muy distintas a las de Cercadilla: no sólo son de época romana, sino que también son yacimientos que están al aire libre, con lo que el crecimiento espontáneo de la vegetación es inevitable.

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En cualquier invierno, y particularmente en épocas muy lluviosas como en los últimos meses, la vegetación se multiplica y en muchas ocasiones, cuando no se interviene, impide incluso ver los restos que ya estaban consolidados.

El trabajo en el anfiteatro de Córdoba sigue presente en los planes de la Universidad de Córdoba, pero por el momento, como explicaron fuentes de la institución académica, no hay fecha para el momento en que tiene que comenzar primero la limpieza y desbroce de la zona y después la investigación para conocer más sobre el anfiteatro, según el acuerdo alcanzado entre Urbanismo y las dos universidades.

La última limpieza la realizó en enero de 2023, la propia Universidad de Córdoba, que ha cuidado de los restos desde su aparición en las obras que convirtieron la antigua Facultad de Veterinaria en nuevo Rectorado.

Data del siglo I y en su momento fue el de mayores dimensiones de todo el Imperio Romano, con 180 metros en el eje mayor y 140 en el menor. Hoy sigue siendo el mayor de Hispania, pero son más grandes el Coliseo de Roma y el anfiteatro de Cartago.

Estaba a extramuros de la ciudad, a unos 200 metros de la salida occidental por lo que hoy se llama Puerta Gallegos, y en la zona, a partir de la excavación en el año 2002, aparecieron también lápidas de gladiadores, ahora conservadas en el Museo Arqueológico. Desde entonces se ha conservado.

Los próximos trabajos, que tiene que iniciar la Universidad de Córdoba con la colaboración de la Gerencia de Urbanismo tienen que servir para el conocimiento de un edificio en que sobre todo se daban espectáculos de gladiadores, tanto de luchas de hombres entre sí como en los que se enfrentaban a fieras, y que constituían una de las principales diversiones para ciertas clases sociales, distintas de quienes frecuentaban el circo y sobre todo el teatro, que sí que estaban en el interior de la ciudad y en su zona principal.