mercado de trabajo
Los trabajadores de baja siguen al alza en Córdoba y son ya 50 por cada 1.000 ocupados
Hace un año, esa ratio estaba en 44,8, con lo que el aumento ha sido del 11%
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Córdoba
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Iniciar sesiónEl problema de las bajas laborales sigue avanzando en Córdoba -si bien es algo común al conjunto del país-, según los últimos datos publicados por el Gobierno central. Con los indicadores de junio -últimos disponibles- distintos parámetros de la incapacidad temporal laboral exhiben ... incremento interanual.
Uno de esos termómetros que muestran que este fenómeno sigue cogiendo temperatura es el de la prevalencia: una ratio que relaciona el número de procesos de baja activos al cierre de un periodo con la cifra de trabajadores protegidos por el sistema de la Seguridad Social en el mismo momento. Se calcula dividiendo el primero por el segundo y multiplicándolo por mil. El resultado que se obtiene para la provincia, a la finalización de junio, es que hay prácticamente 50 trabajadores de baja por cada millar de amparados por la citada protección.
En concreto, son 49,87. Ese indicador es superior en un 11,3% al registrado al concluir el sexto mes de 2024 (44,8). Es decir, son cinco trabajadores sin poder trabajar por incapacidad temporal más que hace un año. Y la subida hace palidecer a la de junio del pasado ejercicio: +2%.
Si se echa un vistazo al pasado reciente, se ve la intensidad con la que avanza la prevalencia. La ratio de junio de 2025 es la más alta en los dos últimos años y medio, en una serie que arrancó en enero de 2023 en Córdoba con 40,98 trabajadores de baja por cada 1.000 protegidos. Ese promedio es en la actualidad un 21,8% más elevado, con nueve personas más sin poder incorporarse a sus ocupaciones. Desde el citado inicio de 2023, con altibajos ha ido subiendo. Baste indicar que, de los últimos 18 meses, en 16 se ha anotado crecimiento interanual.
Los motivos
En números contantes y sonantes, a la conclusión de junio había 15.046 procesos de baja activos en la provincia. Esa cifra implicaba una subida del 6% respecto a la registrada 365 días antes -superaba muy cómodamente a la que se dio en idéntico periodo de 2024 (+3,3%)-. Se contabilizaban 836 trabajadores más en situación de incapacidad temporal.
Éste no es un fenómeno que se pueda explicar meramente por el aumento de ocupados. De hecho, en mayo, se conoció un informe del Banco de España que apuntaba a distintos motivos para este auge de las bajas en nuestra nación. Destacaba los factores de «tipo sanitario-demográfico, como el deterioro de la salud tras el Covid y el envejecimiento de la población; en la medida en que la salud tiende a deteriorarse con la edad». Otra posible causa que aportaba estaba ligada «al propio ciclo económico, ya que históricamente se ha observado que la incidencia de la incapacidad temporal ha sido mayor en épocas de expansión».
De enero a junio, la duración media de las incapacidades temporales finalizadas se situó en 53,8 días. Fue un 3,1% menos que un año antes
Es decir, al trabajador le preocupa más cogerse la baja en un escenario de recesión, ya que su temor a perder el empleo es mayor que una etapa de bonanza. Entre los factores que señalaba estaba igualmente «la mayor congestión de los servicios de salud, que retrasa tanto la sanación como la reincorporación laboral».
De estos, en números redondos, 15.000 expedientes de bajas activos existentes al despedirse junio, 9.497 (un 63,1% del total) correspondían a los gestionados por las mutuas colaboradoras con el sistema y los 5.549 restantes (36,9%) los llevaba directamente el Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Las estadísticas del Gobierno bajan al detalle de dar el coste de las bajas que llevan las mutuas. En el primer semestre del presente ejercicio, esa cantidad ascendió a 58,22 millones. Superó en 680.000 euros al desembolso registrado de enero a junio del ejercicio pasado. Y la subida se produce sobre un nivel alto, porque el gasto del primer semestre de 2024 (57,54 millones) había supuesto un incremento interanual del 13,6% (+6,9). El desembolso en esta materia se ha convertido ya en un quebradero de cabeza para la Seguridad Social y para el empresariado.
De todos los expedientes de baja activos a la última fecha disponible, 13.966 se originaron por dolencias comunes o accidentes no laborales. Es decir, supusieron casi un 93% del global. Los 1.080 restantes (7,2%) se debieron a siniestros de trabajo y enfermedades profesionales.
El coste de las bajas en las mutuas en el primer semestre se situó en 58,2 millones, lo que supone un aumento del 1,2%
Otro termómetro de este problema está en el indicador de incidencia: relaciona los procesos de incapacidad temporal iniciados en un periodo con la población protegida media. Se calcula igual que la prevalencia. En Córdoba, en el conjunto del primer semestre, se situó al mes, durante el periodo analizado, en 25,92 bajas tramitadas por cada 1.000 trabajadores protegidos. Esa cifra implicó un crecimiento interanual del 3,9%. Se venía de un periodo de enero a junio de 2024 en el que se dio una leve bajada (-0,4%).
Cuantitativamente el número de nuevas incapacidades temporales que se activaron en la primera mitad del año ascendió a 48.364. En este parámetro, sí hubo un ligero descenso: la bajada fue del 0,6% (-298).
Por último, la duración media de los casos de incapacidad temporal finalizados experimentó una caída. En el primer semestre, se situó en 53,8 días mientras que de enero a junio de 2024 había sido de 55,5. Al cruzar ambos guarismos, se obtiene una reducción del 3,1%. El primer semestre del pasado año, se había saldado por el contrario con un potente aumento del tiempo que se prolongaron las bajas: +9,1%.
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