Ana Tamayo, gerente de los autobuses de Córdoba: «La prioridad es ampliar a Huerta de Santa Isabel»

-¿Qué consecuencias va a tener esta medida para el funcionamiento de Aucorsa, tanto en número de viajeros como en su situación financiera?

-Bueno, hay que decir que el Gobierno da un máximo del treinta por ciento de esta financiación, con un tope de 100 millones para todas las empresas de España. Conforme a los cálculos del número de viajeros, a Córdoba le corresponderían 900.000 euros, y el Ayuntamiento pondría un veinte por ciento más para llegar al cincuenta por ciento de la rebaja en el precio de los títulos de viaje, que es la máxima aportación que se nos permite. Creo que hay que reconocer el esfuerzo que hace el Ayuntamiento en este tema, ya que va a aportar unos 600.000 euros. La intención es que el usuario pague un cincuenta por ciento menos hasta el 31 de diciembre de este año en principio, porque puede haber prórroga.

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-¿Cómo va a afectar esta operación a las cuentas de Aucorsa?

-Eso es una incógnita. Porque es probable que la tarifa media baje, ya que tenemos un nivel de usuario de billete sencillo que paga uno con treinta que, probablemente, se dé de baja en ese tipo de título de viaje y se pase al bonobús o a la familia numerosa o a la tarjeta de estudiante. Y esos cambios de tarifa supondrán una disminución de ingresos para nosotros que no se contempla en la orden ministerial [la que posibilita los descuentos], y entendemos que eso es un fallo, como la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp) ha dicho. También es verdad que podemos ganar en número de usuarios en los títulos que van a ver rebajado su precio, pero eso, insisto, es una incógnita. Tenemos que estar ojo avizor. En todo caso es una medida positiva: todo lo que sea favorecer el transporte público, y más en una situación como la actual en la que el nivel de contaminación es terrible y en la que la crisis energética está haciendo mucho daño. Los planes de movilidad sostenible son necesarios y el uso del transporte público empieza a ser casi obligatorio dadas las condiciones en las vivimos.

-¿Cómo va la recuperación de los viajeros que perdió Aucorsa durante la pandemia?

-No los hemos recuperado al cien por cien todavía, porque el año 2019 fue un año especialmente bueno para nosotros, sobre todo el segundo semestre; entonces se dio uno de los periodos de más crecimiento histórico de la empresa, ya que en ese año llegamos a los 19 millones de viajeros. En el ejercicio 2021 nos quedamos 13,1 millones de usuarios, y fue un año malo. Ahora estamos en una recuperación del ochenta por ciento en relación a 2019. Pero es cierto que Aucorsa se comporta en la media de las empresa municipales de transporte, del sector.

-El análisis de los datos de viajeros de los últimos meses muestran una recuperación desigual. Hay líneas que van muy bien, como las que enlazan Levante o Poniente con el Centro, pero otras se quedan siempre atrás, que no despegan.

-Hay que partir de la base de que Aucorsa es en un servicio público, y no todas las líneas tienen un comportamiento igual. Y no olvidemos que hay zonas en las que hay que seguir prestando el servicio aunque los viajeros sean pocos, porque hay personas que lo siguen necesitando. Todos los autobuses no pueden tener la misma ocupación que los que van a Fátima o a Ciudad Jardín, que son las líneas estrella. Y no podemos dejar de dar servicio, por ejemplo, a la línea 13, que es la que cubre la zona baja de La Arruzafa, que tiene una densidad de población mucho menor; y podemos decir lo mismo de la zona de El Brillante o del Hospital de Los Morales, o de las zonas residencias altas de Alcolea, que nunca ha tenido servicio. Los desequilibrios van a existir siempre y todas las personas tienen derecho al servicio de Aucorsa.

-¿Cómo convencería a un joven de Córdoba de que en vez de la bici coja el autobús?

-Creo muchísimo en la intermodalidad. El éxito de la movilidad en una ciudad es precisamente la convivencia de los distintos modos de moverse. El usuario que coge la bicicleta es un potencial viajero de Aucorsa y es probable que de hecho lo sea en determinadas circunstancias; las bicicletas plegadas pueden ir en nuestros autobuses.

-Hay zonas de la ciudad que están creciendo a pasos agigantados. Basta darse una vuelta por la Huerta de Santa Isabel o por la parte baja de La Arruzafa. ¿Qué planes hay para dar respuesta a la demanda en esos enclaves?

-Estamos trabajando de hecho en ellos. Hablo ahora del caso de la Huerta de Santa Isabel. Lo que pasa es que el barrio está lleno de grúas y es muy difícil que pasen los autobuses, porque hay muchos cortes y porque no es ágil. Pero hemos querido estar allí desde el primer momento. Ya tenemos una planificación de ese futuro servicio en Huerta de Santa Isabel, previas conversaciones con los vecinos, naturalmente. Cuanto antes queremos empezar a estar allí, en cuanto haya una densidad de población significativa, y para que los vecinos adquieran el hábito del transporte público. Levante está cubierto en estos momentos por la línea 7. La prioridad es, como digo, Poniente. Aucorsa es un sistema muy vivo, y tenemos inspectores en la calle pendientes de las necesidades. En la actualidad, la línea 3, la que llega a la Huerta de Santa Isabel, se queda en la trasera del Hipercor, y estamos trabajando, como digo, para que entre más en el barrio.

-¿Cuándo?

-En el momento en el que la densidad de población crezca y las obras lo permiten. Queremos ampliar la línea 3 antes de que acabe el año, o a primeros de 2023. Es la prioridad. Para ello tendríamos que mover de sitio la cabecera y tenemos que decidir hasta dónde llegaríamos y dónde ponemos las paradas, que estarán distanciadas por entre doscientos y doscientos cincuenta metros. Esta línea llevó ayer [por el martes] a casi tres mil viajeros y la que más usuarios transportó fue la 6, que llevó a casi cinco mil.

-Las líneas de los polígonos y los microbuses del casco histórico no terminan de cuajar, ¿no cree?

-Creo que no van mal. En el caso de los polígonos tenemos dos o tres servicios diarios, y dentro de eso, bueno... no hay un nivel de ocupación alto pero crece mes a mes desde que lo pusimos en marcha. El de La Torrecilla lo cambiamos en su recorrido al poco de empezar a funcionar a petición de los usuarios. En el casco histórico los microbuses tienen poca ocupación, es cierto, y siempre los mismos usuarios: personas mayores o con movilidad reducida. En la línea C-2, la del casco, mantenemos una frecuencia de treinta o cuarenta minutos, y los viajeros no suben de los cien al día.