Sumar y el test cordobés

¿Esa nueva coalición hará honor a su nombre o este espectro ideológico perderá votos? Observemos su test en nuestra capital el 28M, que no es uno cualquiera para la izquierda a la izquierda del PSOE. Esto fue el 'Califato Rojo'. Se presentaron juntos IU, Podemos, Más País y tres partidos más, con el nombre de Hacemos Córdoba. Y sacó suspenso. Logró un 13% de las papeletas, casi cuatro puntos menos respecto a las que obtuvieron en 2019 por separado Izquierda Unida y la fuerza morada. Se quedan con cuatro ediles, uno menos.

Los motivos del cate son varios. Uno es que ese espacio político lleva años logrando sobresaliente en batallas cainitas, lo que ha llevado a parte de sus votantes al absentismo electoral o a buscarse otras opciones. Y su conexión con la calle obtiene un muy deficiente. Lo de patearse todos los días los barrios -no cuando hay elecciones- cansa. Es más cómodo diseñar la revolución entre las mulliditas paredes de un despacho, a ser posible oficial. Y podría seguir con factores locales.

Pero también quiero dar claves estatales que contribuyeron al insuficiente obtenido por esta marca en la capital. Le debió penalizar la actitud de la ministra de Igualdad, Irene Montero, con la ley del 'sólo sí es sí' y su cero patatero en autocrítica. Tampoco creo que haya sido edificante para su potencial electorado ver que, más allá del pacto local, Sumar y Podemos a nivel nacional sacaban matrícula de honor en desunión.

¿Y Yolanda Díaz insuflará nueva vida a la izquierda alternativa? No. La salvará de caer en el infierno de la irrelevancia. Un pobre resultado para quienes aspiraron a asaltar los cielos. Para dar esa respuesta, me baso en su examen cordobés, mis impresiones y las encuestas. Si me equivoco, me lo recuerdan, lectores y, como no soy Montero, yo sí analizaré en qué me he equivocado.