El sindicato asegura que «hemos podido comprobar de primera mano que esos fallos se siguen produciendo. Hablamos de un aparato cuyo valor puede oscilar entre los 5.000 euros (modelos muy básicos) hasta los 20.000 euros los más avanzados y recomendables en estas ambulancias medicalizadas, y que en estas zonas debe ser provisto por el propio SAS».
Esta herramienta es «fundamental», insiste el colectivo, al atender a pacientes que sufren «un infarto de miocardio, un ictus, arritmias potencialmente mortales y paradas cardíacas».
Varios facultativos «están buscando cambiar el puesto de trabajo ante la pasividad de la administración (recordemos que hablamos de una zona de difícil cobertura). No es plato de buen gusto para ningún profesional, encontrarse con un fallo de esta herramienta al atender a pacientes en las situaciones anteriormente descritas».
El SMA se pregunta «hasta cuando está dispuesta la administración a permitir esta situación» que «nos parece temeraria. ¿No son todos los pacientes andaluces iguales? ¿No tienen el mismo derecho a ser atendidos con todos los medios disponibles y necesarios en situaciones críticas? ¿Existen andaluces de primera y de segunda?», plantea el sindicato.
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