El «secreto» del médico

En el Córdoba CF rige «secreto del médico» , que tiene dos caras para una misma moneda. De un lado, por el poder de los facultativos para ocultar cualquier información a los medios, en definitiva, a la afición, última receptora de ésta.

Los partes médicos se han convertido en un incunable que han desaparecido del vocabulario cordobesista. Salvo contadas ocasiones, el club jamás ha informado este curso por escrito de las lesiones de sus jugadores, aunque es cierto que habitualmente da algunos apuntes de la situación de forma verbal antes de cada rueda de prensa.

Sobre plazos , ni hablar. Si es difícil que los galenos transmitan a través de Comunicación las zonas dañadas de los jugadores, es imposible ver una información con tiempo de recuperación. El último ejemplo es Víctor Pérez. Estará más de dos meses de baja, pero los doctores se limitaron a exponer que tenía «una dolencia en el aductor».

La falta transparencia en el ámbito de la salud profesional de los futbolistas quizás tenga, en parte, explicación en la relación de amistad entre González y Bejarano . Es la otra parte del «secreto del médico». La que desconoce la masa social del CCF . Una amistad que ninguno oculta y de la que presumen abiertamente. Hay quien apunta que ésta puede ser una de las vías por las que cosas que suceden en el vestuario lleguen rápido a oídos de la cúpula del club.

El error humano en el diagnóstico o de la superación de los plazos de recuperación es consustancial a la profesión y no debería justificar este prolongado silencio. Basta ver cómo tratan el resto de clubes de Primera y Segunda estas situaciones para comprender que con ella tampoco se invade la intimidad del paciente.

Las divergencias de Bejarano con algunos jugadores han sido muy conocidas. Por ejemplo, provocó que Javi Moreno , máximo goleador del CCF , se enfrentase con Paco Jémez y se quedase muchas jornadas sin jugar por un supuesto sobrepeso.

Más llamativo fue la opción de usar una plantilla correctora con Javi Flores , cuando después pasó por el quirófano por una fractura en el quinto metatarsiano del pie. Incluso, entró en confrontación con Lucas Alcaraz por el sistema de musculación que empleaba el técnico.

Han pasado jugadores, entrenadores y ayudantes, pero Javier Bejarano ha sido casi el único superviviente desde que llegó Carlos González y arrasó con todo lo que olía a pasado o cordobés en el vestuario, personal no deportivo y Consejo de Administración.