SOY CORDOBITA
La casa patio cordobesa
No imagino estos días de confinamiento si no fuese por el trocito de cielo que atisbo cada día
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónNo sé cómo llevaría la cuarentena si no fuera por este trocito de cielo que atisbo desde el patio de mi casa cordobesa. El color del cielo, el escalonado colorido de los geranios, cintas, calas y multitud de macetas, el agua cantarina de la fuente, ... la piedra labrada de las columnas, el ladrillo viejo de los escalones, el chino con sus intrincados dibujos bajo mis pies, la madera de la pérgola, el canto de los pajarillos, las estrellas rutilantes en la noche y los algodones de las nubes en la tarde, todo ello me consuela de esta condena que sufrimos.
Leía esta mañana una triste noticia de cómo van apareciendo en los portales de las comunidades de vecinos, unos carteles con mensajes para algunos sanitarios que viven en ellas, diciéndoles que al volver a su casa a dormir ponen en riesgo a todos los vecinos y emplazándolos a que no lo hagan. Así somos del aplauso al repudio sin el menor sonrojo.
Y reflexiono sobre el modelo de hacinamiento que suponen las grandes ciudades, la deshumanización que supone vivir superpuestos en tandas de pequeños pisos, la mayoría sin balcones, y por contra, pienso en esa España vacía de grandes casas de pueblo con patios, casas de campo todas abandonadas, donde el hombre es la medida de todas las cosas, donde puede ver el cielo y el verde de las plantas, cambiar las estaciones y tener intimidad tras sus muros e independencia.
En Córdoba tenemos un singular equilibrio entre ese pueblo de casas patio de intramuros que convive con la ciudad moderna que se desarrolla hacia el oeste. Qué precioso tesoro conservar esta forma de vida en Córdoba, cada casa patio es un pequeño reino donde el hombre es soberano y tiene un poco de naturaleza dentro de la modernidad. Todas las habitaciones de la planta superior dan al patio y todas las zonas comunes de la primera planta también, a la calle pocas ventanas y mucha cal, para que sea segura, fresca y limpia, y dentro un oasis de luz y de paz, silencio roto por las campanas tañendo como desde hace siglos. La familia tiene intimidad pero sabe que siempre se puede juntar a contar historias, a pintar, a leer, en el corazón de la casa, ese nexo luminoso y aireado que es el patio.
Los patios como forma de distribución del hogar ya existieron en la antigua Ur de Mesopotamia , que permitía crear microclimas agradables en zonas muy calurosas, gracias al frescor de las plantas, las sombras de los anchos muros y el uso inteligente del agua.
Los griegos, al conquistar Persia, se apropiaron de esta estructura, copiada por los romanos en sus domus instaurándola en todo el arco mediterráneo: la puerta de entrada daba al vestibulum y este al atrium con el impluvium, de ahí al peristilo que era el patio que de ajardinada y se hacía la vida familiar. Los romanos introdujeron el patio en Hispania en el año II a. C. y el cultivo en macetas.
Más tarde, los árabes simplificarán el modelo a un único patio separado de la entrada principal por un zaguán en ele para evitar miradas indiscretas, e iluminaba y aireaba unas casas sin ventanas exteriores, cuando los cristianos conquistaron la ciudad de Córdoba en el s.XIII, descubrieron las ventajas climáticas del patio árabe, asumiéndolo como propio. Tras las procesiones, la costumbre entre vecinos era visitar los patios de otros para ver cuál era más bonito y así surgió la Fiesta de los Patios , una competición que la Unesco decidió premiar con la concesión del título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Porque en esta esencia de forma de vivir condensada desde hace siglos, nadie te pone un cartel en tu puerta echándote de tu casa.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete