Andaluces, levantaos

En los colegios explicarán el origen de la bandera blanca y verde, cuyo germen fue en el año 756 cuando Abderramán I adapta un estandarte blanco para diferenciarse del abbasí negro. Y que en 1198 la arbonaida ya ondeaba en la Giralda de Sevilla como celebración de la victoria del sultán Ben Yusuf sobre Alfonso VIII . Que en 1483 la Casa de Cabra incorporó a su escudo 22 banderas incautadas a Boabdil , 18 verdes y blancas que se pueden ver en el retablo del Convento de la Madre de Dios en Baena y en la puerta del Palacio de Dueñas en Sevilla.

Que el Duque de Medina Sidonia en 1641 encabezó una rebelión por la independencia llevando una bandera blanca y verde, y que Blas Infante incorporó a ésta al héroe Hércules, cuya fuerza y valentía representó sujetando la fuerza animal de dos leones, con dos columnas a ambos lados que simbolizan al Dominator Hércules Fundator sobre el Peñón de Gibraltar y Monte Hacho, el fin del mundo conocido. Que en la bandera reza la leyenda: «Andalucía por sí, para España y la Humanidad». Explicarán esta bandera como símbolo siempre de carácter propio con nuestras costumbres y tradiciones tartésicas , cuyo estudio está por hacer, andalusíes y romanas , y que llevado a nuestros días se debe traducir en un sentimiento de orgullo cultural y económico que haga que aspiremos a ser una de las regiones más ricas de Europa, dentro de una España fuerte.

Que en el Manifiesto Andalucista de Córdoba en 1919 se reconoce a Andalucía como realidad nacional con su himno y bandera propiosm, y donde se canta « Andaluces, levantaos... ». Pues no nos levantamos hasta diciembre de 1977, cuando medio millón de andaluces se manifiestaron para demandar autonomía y luchar contra la marginación. Será ya en el 79 cuando se constituye la Junta de Andalucía por la vía del artículo 151 de la Constitución, aprobándose el Estatuto en 1981.

Y hasta ahí llega el asunto. Nunca hubo un partido andalucista fuerte que hablara de nuestros problemas en el Congreso. Nuestros diputados suelen ser del Real Madrid o del Barcelona, no tenemos en la materia de nuestros colegios Historia de Andalucía , no tenemos banderas blancas y verdes en nuestros balcones ni en nuestros corazones y claro, eso tiene sus consecuencias.

Dependemos de unas ayudas europeas para nuestro campo. Nuestros jóvenes más preparados emigran, nos hemos hecho « ayudadependientes », nuestros políticos no extorsionan al gobierno central para que con su voto les den cada vez más competencias, como prisiones y seguridad social a los vascos. Aguantamos que la que fuera nuestra consejera de Hacienda se impugne a sí misma, estando ahora como ministra obligándonos a financiarnos con el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). No oímos nuestra voz porque nuestro voto vale menos que el de un vasco o un navarro, y eso en parte es porque hace tiempo que olvidamos que fuimos un pueblo fuerte y bravo que enarbolaba su bandera cuando era necesario.