Los vecinos de la Fuensanta claman por la apertura de su piscina

La piscina , que cada año abre sus puertas a mediados del mes de junio, va a ver este año retrasada su puesta en funcionamiento por problemas en el procedimiento de adjudicación del contrato del que depende su gestión y mantenimiento. En concreto, el Imdeco está a la espera de un informe favorable por parte de la Intervención municipal. La situación es idéntica a la que se vive en el Sector Sur, donde la piscina municipal de la calle Marbella también está cerrada a cal y canto por los mismos motivos.

La convocatoria no partía de una asociación vecinal ni del Consejo de Distrito, sino de un grupo de vecinos a título particular que se muestran «enfadados» por el agravio que están sufriendo por parte del Ayuntamiento. Uno de los impulsores del encuentro, Javier Pérez , explica que la indignación ha ido creciendo en las últimas semanas a base de conversaciones de pasillo y ascensor, y que decidieron canalizar ese enfado en acciones concretas. La convocatoria superó sus expectativas. Los vecinos decidieron exigir al Ayuntamiento una adjudicación de urgencia . Lo harán cuando sepan a quién dirigirse: no hay que olvidar que el sábado será la investidura del nuevo alcalde de Córdoba.

Las condiciones en las que se encuentran las instalaciones , en las que no se ha actuado en todo el año, no invitan al optimismo sobre la fecha de apertura. Por muy rápido que se resuelva el contrato, dice Pérez, a ese plazo habrá que sumarle el tiempo que se precise para su puesta a punto . «Han tenido once meses para hacerlo. Está claro que ha faltado la previsión que se le exige a un representante público», subraya este vecino, que comenta que en el barrio hay en marcha otras iniciativas como una recogida de firmas .

Por ahora, no hay fecha para la apertura. Sí se ha iniciado el proceso para la adquisición de abonos, con un precio inferior al de años anteriores. En el formulario se especifica que el precio será, «como máximo», de 197,80 euros, «dependiendo de la fecha de apertura». Pérez afirma que el año pasado el precio fue de 240 euros, y entiende que esta bajada de precio responde a la pérdida de días de disfrute a la que están condenados los vecinos, que tienen en su piscina pública «una institución fundamental en la vida del barrio».