Urbanismo, dispuesta a cambiar la norma que limita la apertura de hoteles en calles peatonales de Córdoba

Cuando se redactó el Plan General , se optó por disponer una especie de cláusula de salvaguarda . Explica la normativa de la ciudad que no se podrán autorizar hoteles en calles peatonales siempre y cuando el establecimiento supere las cuarenta plazas de aforo . La norma no habla de habitaciones sino de plazas, lo que ha llevado a una interpretación exigente que entiende que cada habitación doble implicaría la llegada de dos personas. El Plan del Casco matizó luego esta disposición autorizando hoteles de menos de 40 plazas en zonas peatonales exclusivamente en los límites de la zona patrimonial, lo que ha permitido la proliferación de negocios de pequeño formato en la zona de influencia de la Mezquita-Catedral.

Las razones por las que se incluyó esta salvaguarda era para evitar la entrada de vehículos a calles donde el Ayuntamiento había decidido que no tuviesen tránsito rodado.

El único proyecto que, hasta ahora, se ha topado con ese veto es el hotel que Prasa quería promover en sus antiguas oficinas del Bulevar del Gran Capitán esquina con la calle Gondomar.

El alojamiento con el que Prasa pretendía sacar provecho a su propiedad más valiosa en el Centro tenía unas 80 plazas de aforo para unas 40 habitaciones superando, por ende, lo previsto en la normativa de régimen urbanístico. La Comisión de Licencias ya denegó expresamente en el pasado mandato el desarrollo de este proyecto.

El problema de la aplicación del artículo es que está generando no pocos problemas de diferencia de trato entre unos propietarios y otros. Tanto, que en los últimos años se le ha dicho que sí a algunas empresas y no a otras a pesar de que la casuística es muy similar. La Gerencia de Urbanismo autorizó sin problema alguno el hotel de cuatro estrellas y 90 plazas (39 habitaciones dobles y dos suites) en la plaza de las Tendillas a la cadena H10 en la casa Colomera . En la práctica, es un espacio reservado para peatones que ocupa la fachada Sur de la emblemática plaza. Pero las Tendillas no es una calle peatonal -aunque realmente lo sea- sino semipeatonal ya que tiene autorizado parcialmente el paso de tráfico.

Algo parecido ocurre con el hotel que el Ayuntamiento de Córdoba va a autorizarle a la misma cadena, H10 , en el antiguo espacio de Simago , en la calle Jesús y María. Se trata de una calle de acceso restringido. La propiedad es lo suficientemente importante como para superar las 40 plazas sobradamente. Jesús y María es una calle oficialmente semipeatonal.

Un tercer caso de hotel en calle peatonal recientemente inaugurado es la última apuesta de Hotusa por el Centro de Córdoba. Se encuentra en la calle García Lovera . Cuenta con 45 habitaciones lo que supera ampliamente el tope supuestamente impuesto por el PGOU.

En esas circunstancias, con tres negocios aprobados en calles muy similares, Urbanismo no tenía muchos argumentos para seguir manteniendo la negativa tanto a Prasa como a propietarios con perfiles similares. En la Gerencia reconocen que no es posible sostener que se ha actuado con una coherencia de criterio porque se ha actuado de forma distinta en casos muy similares. La o peración de Prasa es la que se encuentra más avanzada ya se han dado instrucciones para elegir equipo técnico que lleve la interlocución con Urbanismo que tiene que decidir si promueve cambios puntuales o una reforma general de la norma que abarque otros supuestos.

De hecho, es el propio Ayuntamiento de Córdoba uno de los más perjudicados por su propia normativa.E n el anterior mandato con gobierno del PP, se llegó a aprobar la enajenación del edificio municipal del Bulevar del Gran Capitán con el objetivo de buscar un nuevo emplazamiento para los servicios municipales. Se entendía que buena parte de las dependencias estarían mejor en el edificio del estadio,

El inmueble ha ido quedándose sin áreas operativas y a hora es el centro municipal de atención ciudadana con la presencia de algunos departamentos que, antes o después, tendrán otra ubicación. El problema serio es el estado del edificio que tiene graves problemas estructurales . Repararlo, como quería el anterior gobierno, implica una altísima inversión que el equipo de gobierno actual se plantea en serio si resultaría procedente. La enajenación vendría obligatoriamente de la mano de una relación de las condiciones de edificación y de los usos. Propiciar que fuese un hotel sería una de las salidas que le darían valor de mercado .