Depende...

¿Todos ganan?

La realidad de las elecciones gallegas es que hubo un gran triunfador, y la gran referencia en el centro y la derecha

El reelegido presidente de la Xunta Efe

La reacción de los líderes políticos ante los resultados de las elecciones celebradas el domingo pasado nos devuelven al pasado. Todos simulan estar satisfechos y haber obtenido una victoria moral. Desde el líder socialista gallego que, pese a que no consigue desbancar a Feijóo ... del Gobierno y es superado por el BNG , presume de haber subido un escaño hasta los Ciudadanos que se acercan al galope a la irrelevancia más absoluta, pasando por un PP vasco que después de innumerables servicios a la defensa de la Constitución y la ley no logra remontar el vuelo y afirma haber vencido a las, eso sí, cada vez más risibles encuestas del señor Tezanos. Incluso Vox, que pierde en Galicia más de un ochenta por ciento de sus votos en un año y es abatido sin misericordia por un Feijóo que desde el primer minuto vio claro el lastre que suponía su compañía en las elecciones autonómicas, presume de su pírrico escaño vasco. Sí señores, todos ganan.

Mención aparte merece el vicepresidente Iglesias y Podemos . Es el único que con claridad ha reconocido que han sufrido una derrota sin paliativos. Hasta para un polemista profesional como es él, capaz de retorcer hasta el infinito cualquier argumento, resulta imposible vender como positivo que los gallegos hayan expulsado del Parlamento a Podemos (memorable el meme que circula por las redes: Galicia, primera comunidad autónoma libre de chavismo ) y que los vascos los hayan enviado al rincón de lo intranscendente. Sin embargo, el vicepresidente no ha querido explorar las causas de la debacle y ha buscado culpables, ¡pobre ministra de trabajo!, en la mejor tradición soviética. No es descabellado pensar que su comportamiento machista y despótico y que sus veleidades burguesas que chocan frontalmente con su discurso anterior le hayan pasado una factura incluso superior a la de su nefasta gestión de la coordinación y tutela de las residencias de ancianos durante el estado de alarma.

La única realidad es que el domingo hubo un gran triunfador que se consolida como la referencia imprescindible en el centro y la derecha. Lograr como hizo Feijóo una cuarta mayoría absoluta con un espectro político fragmentado y con la vigente ley electoral es una proeza estratosférica y marca un camino claro. La reunificación del voto del centro derecha no se producirá a través de incomprensibles alianzas preelectorales (¿ha sumado algo Ciudadanos en Euskadi ?; ¿ha perjudicado a Feijóo haberse negado a compartir listas?; ¿alguien se fía a estas alturas de Ciudadanos?; ¿la veleta naranja suma o resta al PP en estos momentos?) sino de una oferta centrada y ganadora basada en un liderazgo sólido que demuestre, y a ser posible tenga acreditada, capacidad de gestión y sea la opción real y evidente para desbancar a socialistas y comunistas del poder. Sólo unificando el voto en esa opción existirá esa posibilidad; lo demás será tan placentero para quien lo haga como inútil para el fin perseguido y Sánchez podrá retapizar los asientos del Falcon...

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