Tensión okupa en Pedro Abad | «Si no actúa la Justicia, claro que tendré que irme; es insostenible»

El propietario de la vivienda que sufrió las amenazas y agresiones de una familia de okupas en la mañana del pasado domingo permanece en su casa a modo de fortín, aunque estos últimos acusan a este hombre de ser el agresor.

Su mujer y sus hijos huyeron de Pedro Abad ese mismo día a un lugar más seguro . Con sigilo, mirando a ambos lados de la calle, Sebas, que así se llama este vecino, susurra a ABC antes de pasar al salón de su casa: «Entrad y cerrad la puerta; la cochera no la tengo para guardar el coche, sino de sala de juegos para mis hijos pero ante las amenazas de muerte, he tenido que meterlo dentro ».

Sobre la mesa del salón hay un marco con la foto de boda y unas cuantas denuncias y partes de lesiones apiladas. « Como esta denuncia que pusimos en el Cuartel de la Guardia Civil el domingo tengo muchas más que presentamos en el Ayuntamiento de Pedro Abad pero la alcaldesa Magdalena Luque (IU) no le da traslado la Policía Local», denuncia este propietario.

Sebas cuenta que compró la vivienda hace 14 años , en 2008, junto con un jugador del Córdoba, pero vino la crisis, la promotora quebró y la mitad de esta urbanización residencial a la entrada de Pedro Abad se la quedó el banco. La zona residencial se llama El Señorío.

Desde entonces los vecinos okupas se han ido sucediendo, salen unos y llegan otros. Y todo son problemas, enganches de luz, de agua, música alta y fogatas en la calle . Los últimos okupas llevan unos 9 meses viviendo en estos adosados . Sólo una de las viviendas está tapiada, otro alquilado, seis o siete okupados y tres o cuatro viven sus propietarios dentro.

Este hombre se ha quedado solo en su vivienda, sin su familia, y no sale por miedo a que se la okupen o que le hagan daño. Pero sabe que eso no es una situación que se pueda mantener mucho más en el tiempo ¿Irse? Claro, sabe que lo más seguro si no actúa la Justicia de algún modo es que tenga que irse porque es insostenible . Su hermana, en cambio, a su lado, insiste en que los que deben irse son los okupas porque para eso están los derechos y la garantía de seguridad para todos.

Sin embargo, este martes, fuera de la casa de Sebas, la situación es de absoluta normalidad. El cartero reparte la correspondencia . Personas llegadas de Córdoba y de otras localidades cercanas cuentan a ABC que han okupado estas viviendas con sus hijos menores por necesidad pero cuidan las casas y la calle.

Todo está limpio, incluso con frondosas macetas en las entradas. Los menores asoman sus cabecitas extrañados del revuelo tras los balcones. La versión que dan de lo sucedido el sábado es diametralmente opuesta a la del propietario.

Una madre y una hija veinteañera muestran moratones en el mentón una y en la boca otra que dicen que son las marcas que les dejaron los puñetazos, según ellas, de Sebas el domingo por la mañana cuando salió sin mediar palabra y les asestó el golpe primero a la joven y luego a su madre. «Nosotros no somos gitanos, cuenta una de ellas, mi marido es marroquí y el vecino cree que es gitano porque como no habla con nadie no se ha dado cuenta del acento », aseguran a ABC.

De hecho, este cabeza de familia que dice que es un «hombre tranquilo que viene de la barriada de El Príncipe en Ceuta » pero lleva más de 20 años en Córdoba, asegura que él no participó ni vio la pelea, pero sí a su hija sangrando por la boca del golpe que le dio el vecino y se le dio un vuelco el corazón. Por su parte, reclama a los Servicios Sociales una vivienda de alquiler social que sea asequible y que puedan pagar, él su mujer y sus hijos de 21 y 17 años.

El desencadenante de la riña pudo ser las molestias que le habría causado a Sebas una manguera que intentaban atravesar los vecinos okupas que no tienen agua corriente por los patios traseros de otra casa asaltada y la de este propietario, según los vecinos . Los okupas denunciados y a su vez denunciantes aseguran que no hicieron nada de eso, y que nadie más formó parte de la pelea, que es incierto que hubiera más personas en la riña.

Por su parte, el propietario cuya familia ha tenido que dejar la localidad perabeña muestra una sudadera hecha jirones, arañazos en el torso y diversas contusiones en la cara y la cabeza . Su versión de lo ocurrido es que salió porque llamaron a la puerta y ya empezó a recibir golpes de un montón de gente por todos lados al tiempo que le amenazaban con prenderle fuego a la casa con los niños dentro, según explica a ABC .

Las soluciones a estos problemas de convivencia no parecen estar cerca. Vecinos de Pedro Abad se concentraron este domingo en la localidad en protesta por la situación que se vive en este punto del municipio del Alto Guadalquivir.

De momento, este miércoles se celebra el juicio rápido entre las dos familias enfrentadas -la Guardia Civil detuvo a dos personas por esta riña- en un vecindario tomado por okupas. La alcaldesa de Pedro Abad, Magdalena Luque, de momento, no ha querido constestar a las preguntas de ABC sobre lo ocurrido.