«A mí me gusta mi tartamudez, porque es algo único que muchos niños no tienen,pero aún así mis padres me llevan a un logopeda para intentar que la tartamudez se controle un poco y pueda hablar mejor». Así se expresa por escrito Juan Carlos López, un escolar de Quinto curso de primaria del colegio cordobés de Las Teresianas en una carta propuesta a la Fundación Española de la Tartamudez, a la que pertenece.
Su madre, María Lumbreras Casana, explica que «él escribió la carta y yo la compartí con mi amigos de Twitter ya que soy muy activa en redes sociales, y me emocionó ver la forma en que Juan Carlos se acepta a si mismo, ... y la manera en que afronta los traspiés de la vida». El resultado es que la carta se ha hecho viral.
«Lo reconozco tan feliz»
«Él vive esta disfluencia del hablar con normalidad, con naturalidad», apostilla su progenitora. La carta del pequeño no deja lugar a dudas: «A mí no me parece que la tartamudez sea algo malo, así que cuando alguien me pregunta yo le digo tan feliz que soy tartamudo», reflexiona el colegial en su carta.
El optimismo de Juan Carlos, vecino de Cañito Bazán, es desbordante. Su madre reconoce que es el pequeño quien les da ánimos a sus familiares para que no piensen que su forma de hablar se va a convertir en un problema en su vida: «Es él quién nos ayuda a nosotros, va a logopeda desde pequeño, pero la mejor ayuda es hablar abiertamente: donde él no hace un problema no podemos hacerlo los demás», explica María Lumbreras.
Juan Carlos deja patente en su misiva que hay quien se «chulea» por su forma de hablar. «Pero a mí me sale por un oído y me entra por otro, porque yo estoy muy a gusto en mi colegio».
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