La supresión de los veladores en zonas BIC supondría «vaciar» el Casco Histórico de Córdoba de terrazas

Se trata de una medida que está contemplada en la ordenanza reguladora como parte de las competencias que otorga a los ayuntamientos la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz . En la de Córdoba, que data de 2008, ni siquiera se especifica que estos espacios tengan que tener dicha catalogación. En el texto se dice que «no se autorizarán terrazas que menoscaben la contemplación, el disfrute o las características específicas y relevantes de espacios públicos, monumentos o edificios singulares , incluso aunque no cuenten con protección especial en virtud de la legislación de patrimonio histórico». Sin embargo, hasta ahora se ha hecho la vista gorda por lo complejo que sería ponerla en práctica y las previsibles consecuencias para la hostelería.

García no especificó el alcance de la medida ni qué ratio concreto se considerará «entorno», pero lo cierto es que de ejecutarse al pie de la letra podría suponer graves impedimentos para decenas de negocios hosteleros. La ciudad cuenta con más de un centenar de monumentos y zonas declaradas BIC , en su gran mayoría repartidos por el Casco Histórico. En el mapa que se reproduce a continuación pueden observarse, en rojo, cuáles son los bienes protegidos y en un tono más claro cuál es el espacio que le corresponde como entorno.

Con el Centro de la ciudad y sus alrededores prácticamente coloreados como ámbito de especial protección, sería difícil dar con un suelo sobre el que ubicar una terraza. Por poner varios ejemplos, de aplicarse a pies juntillas la medida anunciada por García tendrían que desaparecer absolutamente todas las terrazas de una de las zonas de restauración más populares de Córdoba: la Plaza de la Corredera , que es BIC desde 1981. Bajo los soportales del célebre enclave hay instalados más de diez bares y restaurantes que sacan sus mesas a la plaza. Si se tiene en cuenta su entorno según las directrices de la Junta, tampoco podrían existir veladores en la Plaza de las Cañas , donde también suele haber mesas.

Tampoco podrían mantener su actual ubicación los veladores de los locales hosteleros que rodean la Plaza de las Tendillas : ni el Fénix, ni el Gran Bar, ni David Rico, ni tampoco ninguno de los bares de la calle de la Plata , que forma parte oficialmente del entorno de este BIC protegido. Ni que decir tiene que tampoco se podrían ubicar terrazas en las cercanías de la Mezquita o el Alcázar .

La Plaza del Potro no tiene veladores actualmente, pero sí abundan en la continuación de la misma, junto al río. Este espacio, la calle Enrique Romero de Torres , figura también como entorno de BIC en los planos de la Consejería de Cultura. Lo mismo sucedería en la Plaza de la Compañía , cuya iglesia está protegida; o en la de San Ignacio y la Trinidad , donde sucede lo mismo y proliferan igualmente las terrazas.

El espacio que rodea al Museo Arqueológico , en la Plaza de Jerónimo Páez, también se vería afectado al ser el edificio un BIC. Además, la mayor parte del espacio que rodea a la muralla que sirve de cierre al Casco Histórico por el oeste se consideraría zona no apta para veladores. Desaparecerían sillas y mesas de restaurantes que se ubican en la Puerta de Sevilla o cruzando la Puerta de Almodóvar , algunos de ellos de renombre como Casa Rubio o el restaurante Puerta Sevilla.

La medida está diseñada para evitar la contaminación visual en espacios patrimoniales o de especial relevancia cultural y turística, pero en un Casco Histórico tan amplio como el de Córdoba su aplicación se antoja un imposible. A efectos prácticos supondría eliminar la práctica totalidad de las terrazas que, aprovechando el buen tiempo que reina en la ciudad durante la mayor parte del año, dan vida a ciertos espacios y son un atractivo en sí mismas para turistas y vecinos.