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Pasar el rato

Sobre el insulto

La política española, tan poco imaginativa, tan vulgar, se siente intelectualmente cómoda en las cloacas

El vicepresidente Pablo Iglesias Guillermo Navarro
José Javier Amorós

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Por respeto a la condición humana , conviene que los hombres que ejercen poder sobre otros hombres aprendan a insultar con elegancia. Para insultar, como para gobernar, no sirve cualquiera. Y el armonioso desarrollo de los pueblos hace deseable que vayan unidas ambas cualidades. ... El hombre ha nacido para la libertad, no para que le hagan la puñeta con desafortunados decretos leyes . Ya es bastante que la vida del hombre sea decidida, hasta en sus aspectos más nimios, por individuos de muy discutible categoría intelectual y moral, para tener que soportar, además, que lo hagan sin grandeza. La sátira, la burla, el desdén son artes mayores de la literatura y la oratoria. O el insulto es una obra de arte, producto de una inteligencia y una cultura refinadas, o se convierte en una zafiedad de matón sin escolarizar. Proponer, como está haciendo estos días un patán, que el insulto se vulgarice y circule con soltura por los albañales de la mala educación, es una confesión personal de impotencia. Si yo no doy para más, que nadie dé para más.

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