Señora ministra, ¡es del pueblo!

Hay algo que me cuesta digerir y a lo que no se le está dando la importancia que creo que tiene. La ministra Montero se niega a entregar a las Comunidades Autónomas el dinero que le corresponde para poder financiar las trasferencias que han asumido y que deben traducirse en servicios e inversiones para el pueblo. El dinero que reclaman se corresponde con IVA del ejercicio 2017. Para no entregarlo se buscan todas las justificaciones posibles. Que la Ley no lo permite, que ha prescrito, o que ya se ha entregado y gastado. Razones que los ciudadanos no alcanzamos a comprender ni creer. Nosotros, es decir, el pueblo soberano sólo sabe que pagó impuestos para que le dieran servicios y que por una discusión entre administraciones se verá perjudicado. Porque la realidad es que Papá Estado no está negando nada a sus Autonomías. Está negándole al pueblo lo que es suyo . Le niega la financiación de los servicios que pagó por anticipado y que ahora reclaman a las diferentes Comunidades Autónomas. Esa es la verdad. Como también es verdad que ese Papá Estado no trata por igual a todas sus Autonomías. Las que le apoyan para mantenerse en el poder o aquellas otras que son violentas y plantean problemas graves a España , a esas las trata de manera muy diferente del resto. Esa es otra realidad que muchos percibimos y que no podemos permitir por más tiempo.

Ahora se han reunido y han sacado de la chistera una curiosa solución. Propone Papá Estado no pagar lo que debe, pero permitiendo a sus Autonomías endeudarse para no tener que recortar servicios. ¡Vergonzosa solución! ¿Es que esa deuda que nace a van a pagar a su vencimiento los políticos que se han quedado con nuestro dinero? ¿Cómo es posible que haya responsables autonómicos que acepten semejante barbaridad y desprecio hacia sus ciudadanos contribuyentes ? ¿No es eso una subida de impuestos con vencimiento diferido?

El espectáculo que están dado desde hace tiempo los políticos me lleva a la conclusión de que la democracia en España está sufriendo un feroz ataque. Para muchos de ellos la democracia queda reducida, con matices y listas cerradas, al «gobierno del pueblo». La parte que dice «gobierno por el pueblo y para el pueblo» parece que ni está de moda, ni es progresista, ni hay políticos dispuestos a defenderla y practicarla . ¿Seguiremos callando?