Depende

Ruedas de molino

¿Es este Ingreso Mínimo Vital la solución que vende el Gobierno?

Presentación del Ingreso Mínimo Vital Efe

13/06/2020 a las 08:18h.

Con dos o tres honrosas excepciones, el equipo gubernamental capitaneado por Pedro Sánchez carece hoy del más mínimo crédito. No lo digo yo, que también, sino analistas tan poco sospechosos de quintacolumnistas de la derecha como Iñaki Gabilondo: «El Gobierno español no tiene ninguna ... credibilidad», afirmó el periodista hace unos días, imagino que escandalizado por los pactos con Bildu , los constantes cambios de criterio en la gestión de la crisis sanitaria y los renuncios sucesivos en los que unos y otros ministros son pillados. Credibilidad tienen poca, no hay duda, pero su talento para la comunicación y para reducir los debates a ideas simples que impidan cualquier clase de crítica era legendario y sigue en buena forma.

Esta semana se ha aprobado en el Congreso el llamado Ingreso Mínimo Vital . Nada especialmente nuevo en un país dotado de infinidad de mecanismos de auxilio a los más castigados, como las rentas mínimas de inserción o los subsidios a parados de larga duración o mayores de 52 años, pero, es cierto, con una vocación aparentemente más ambiciosa. Ni un solo voto en contra, pese a que los requisitos introducidos para su percepción son más que discutibles y a que los mecanismos ideados para su gestión puedan conducir con suma facilidad a generar ingentes bolsas de clientelismo. No tengo ninguna duda de que PSOE y Podemos urdieron una norma que persigue una finalidad en principio loable con un contenido tramposo para promover el voto negativo del centro derecha -que sin ninguna duda habrían deseado- y obtener un argumento con el que zaherir a su oposición: no quieren ayudar a quien lo necesita, se olvidan de los pobres. Casado acertó, a pesar de todos los pesares de un contenido infumable, con su voto afirmativo.

¿Alguien puede votar hoy en contra de la idea de auxiliar a quien lo necesita? Por supuesto que no. Ni puede ni debe. En el contexto de la mayor crisis conocida en España después de la Guerra Civil resultaría imperdonable. Ahora bien, ¿es este, insisto, ESTE ingreso mínimo vital la solución? Esto es mucho más discutible y me atrevería a decir que no, como por otro lado pensaba una parte del Consejo de Ministros hace apenas veinte días. La medida dice pretender ayudar a quien lo necesita (aunque con un tufo caciquil preocupante) pero, además de la ausencia de una memoria económica seria, presenta graves riesgos de propiciar aún más la economía sumergida o desincentivar la formación y la búsqueda de empleo, por no hablar del posible efecto llamada, de la seria posibilidad de crear un problema migratorio y del juicio que esto pueda merecer en Europa.

Estamos en la época de la política de titu lar. De la política de trazo grueso en la que lo relevante es el titular y los detalles son simples incomodidades. Carecen de credibilidad, sí, pero su capacidad para hacernos tragar ruedas de molino sigue en plena forma.