Pasar el rato

Rimas para despedir el año

Pasará 2020 y habremos dicho las mismas cosas de 2019 en los periódicos, en las tertulias y en las tabernas

Reloj de las Tendillas, donde se celebran cada año las tradicionales campanadas de Nochevieja V. Merino

31/12/2019 a las 08:16h.

Es de buena educación despedirse de los conocidos, cuando se van para no volver. Se va 2019 , al que hemos conocido durante un año. No ha sido un amigo, sólo estaba de paso en nuestras biografías. Pero hasta los transeúntes dejan rastro. Lo ... recordaremos por algunas cosas grandes, que no tienen interés particular: la exhumación de Franco , la sentencia del sueño, las luces de Córdoba. Y lo recordaremos, sobre todo, por algunas cosas chicas, que son las que dejan huella en el alma: una nueva muerte, una nueva vida, un nuevo amor, una comida diaria, un trabajo temporal. Al final, también el dolor y la alegría se irán haciendo costumbre. Lo fundamental del año 2019 es haberlo visto pasar completo. Los años importan mucho cuando ya se tienen cumplidos casi todos. Aunque es mejor no hacerse mala sangre fúnebre, porque antes o después acabaremos todos en el depósito de años. Esperando que haga Dios la selección.

El 2020 viene bronco y amenazador. ¿Declarará el gran Sánchez la independencia de la republiqueta? Pero, hombre, si Cataluña lleva años en la independencia. Años viviendo de su propio cuento político, jurídico y económico. Y nadie la ha sacado de su ensoñación, mucho menos el magistrado Varela, un soñador para un pueblo. Resulta patriótico exclamar que es un problema para España y preocupa a los españoles de bien y de mal. Pero decirlo no sirve para nada. Todo lo que los españoles de bien y de mal estamos haciendo para resolver el problema catalán es nada. Nada con libertad de expresión. Ellos tienen el poder y la desvergüenza, y a nosotros nos dejan la libertad de expresión. Ganan ellos, naturalmente.

Pasará 2020 y habremos dicho las mismas cosas de 2019 en los periódicos, en las tertulias y en las tabernas . Es muy probable que el Rey siga reinando, porque echar a un Rey constitucional es tan complicado como declarar Estado soberano a la republiqueta. Y en su mensaje de Navidad del año que viene repetirá contenido. ¿Qué otra cosa podría decir? Sánchez y su africana tendrán ahorrado un poco más, y a Junqueras le quedará un poco menos para pasear su esbeltez por el Congreso de los Diputados , si no está libre ya. Mientras, centenares de pensadores habrán expresado por escrito sus firmes protestas, y se glosarán unos a otros, que es la función primordial de los pensadores. El pueblo soberano continuará siendo soberano por horas, lo que dura una votación. Esa cosa engreída llamada Europa seguirá despreciando a esta pluricosa humillada llamada España . Nacerán algunos niños, tampoco muchos; morirán bastantes viejos -quiera Dios retrasar la partida de uno, que no se considera indispensable para el buen funcionamiento de la vida eterna-; una muchachita dulce y triste habrá esperado en vano, pegada a su teléfono móvil; un muchachito depresivo, sin pasado, sin presente y sin futuro, habrá dedicado más tiempo al botellón que a la muchachita dulce y triste, a lo mejor ese podría ser también un motivo de preocupación nacional. Cantarán los mismos pájaros del año pasado, nos calentará el mismo sol inclemente, nos mojará la misma lluvia impredecible, y un mal viento de todos los años barrerá los mejores sentimientos de todos los años. La naturaleza se repite. A ella, qué más le damos nosotros, fatuos y fugaces. Los cordobeses, uno de los pueblos más corteses de la tierra, despedirán el año al paso, con su fórmula tradicional: -Adiós, me alegro de verte. Y el año responderá con una rima: -Adiós, adiós, buena suerte.