SOY CORDOBITA
De rebajas o rebajados
Las pautas actuales del consumo están haciendo que perdamos nuestras identidades, aquello que nos diferencia
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Iniciar sesiónYa estamos en enero pero en las portadas de los periódicos no hay fotos de las hordas de consumidores ávidos de comprar chollos de aquellos productos que le gustaron en octubre, ni imágenes en los telediarios del maratón consumista al asalto de las puertas ... de las tiendas como si les fuera la vida en ello.
Lo que pierde la unicidad termina cansando y perdiendo el interés, y es que nos colonizan hasta en los tiempos del comercio, porque los Black Friday se han comido no solo a las rebajas de enero sino toda la temporada entera.
Las grandes franquicia s tienen ofertas permanentes que pueden sostener al gestionar grandes volúmenes a muy bajo coste, producen en países con mano de obra muy barata y con muy baja calidad en los tejidos y terminaciones, si encuentran una falda con cinturilla, un vestido con forro, un pantalón con dobladillo o una camisa con un cuello en condiciones tendrán el premio de no ir hecho un guiñapo.
De esos lodos obtenemos la uniformidad de nuestros jóvenes . En la era de la teórica máxima libertad es cuando más iguales vamos vestidos. Podemos ver el mismo chaquetón 300 veces al día solo porque una «influencer» la propuso un día en sus redes sociales. La bomba de racimo de Instagram hará que a la semana siguiente se agote en las tiendas.
Creo que en la China comunista pasaba igual. Millones de personas con uniforme y, sin embargo, paradójicamente el sistema capitalista nos lleva a la «vaquerización» de la sociedad. Prueben a buscar a sus hijos por la calle y cada vez les será más difícil distinguirlos.
Luego tenemos que sumar que las señoras de cierta edad , como la mía, van vestidas exactamente igual que sus hijas. A la porra las «boutiques» que hacían a la señora cordobesa elegante y única . Hubo una época en que era una vergüenza encontrar un vestido igual que el tuyo al ir al teatro o al salir a dar un paseo. Ahora lo difícil es ver pasar alguien elegante y único.
Es un acto social ir de tiendas con las amigas, las madres e hijas, pero si nos metemos todos en internet a hacer pedidos de ropa que no nos hemos probado o zapatos que no sabemos si nos quedan bien, acabaremos con las tiendas presenciales, los dependientes que nos aconsejan, las modistas que nos ajustan la ropa y los alquileres de esos locales.
Cada vez tenemos más locales vacíos en calles comerciales, imaginen una Cruz Conde o una Viñuela sin tiendas con la falta de vida en horarios comerciales. Tenemos una ciudad como Córdoba con un clima estupendo que no nos obliga a encerrarnos únicamente en centros comerciales y podemos ir andando a cualquier barrio comercial sin tener que conducir dos horas. Luego no sé qué nos obliga a solo comprar desde casa todos los productos.
¿Estamos dispuestos a rebajar tanto el tejido comercial de nuestras ciudades? ¿Estamos dispuestos a perder toda nuestra identidad en pro de modelos comerciales propios de países con climas malos o ciudades muy grandes donde es incómodo ir al centro de tiendas?
¿Estamos dispuestos a perder todos esos empleos de la industria del calzado de calidad español o el diseño creativo y original, de los tejidos que no producen urticaria y alergias por su contenido en derivados del petróleo? ¿Estamos dispuestos a ir y a ser todos iguales ?
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