Cómo orinar bien en las Cruces

Como vecino del Casco Histórico , puedo acreditar que la mejor micción de Cruces es la que tiene lugar de forma premeditada. Esto requiere ciertos preparativos. En primer lugar, nunca salga usted meado de casa. La vejiga tiene que sentirse a gusto, bien dispuesta para la descarga en la puerta de la señora de Santa Marina que a la mañana siguiente le agradecerá vivamente las atenciones. Elija ropa cómoda. Mejor cremallera que botones.

Recomiendo vivamente las meadas en las callejas o barreras , inventos medievales pensados para que el fuego no saltase de una casa a otra, que son aprovechadas para liberar excrementos mayores y menores. Pura sinergia. Han de realizarse a media altura. Ni muy lejos de la puerta, ni cerca de la ventana. Siempre que sea posible, en compañía, porque orinar solo no es orinar. De esa forma, los vecinos puedan compartir el drama con la novia, el audio del móvil, las opiniones sobre política exterior. No se corte con el volumen. El meón es locuaz. No opina, categoriza. Ordena el mundo.

Bajo ningún concepto acuda a los cuartos de baño portátiles colocados por el Ayuntamiento y los organizadores de las Cruces . Forman parte de una conspiración para que abandonemos esa cordobesa costumbre de mearse en la calle tan querida por chicos y mayores. De ninguna manera haga cola para otra cosa que no sea orinar a cielo abierto, haciendo comunión con la madre naturaleza. Tiempo medio requerido: un minuto para ellos, tres minutos para ellas. Como mínimo.