Buscar la excelencia

No pretendo que se ejerza censura o veto ideológico alguno. Nada más lejos de mi intención. Me parece fabuloso que existan personas que expongan su dinero y su poco o mucho talento en el desarrollo de creaciones culturales. Me parece, en cambio, inaceptable que se ampare, subvencione o promocione desde institutos públicos cuando, como es el caso, la calidad de lo anunciado no está contratastada y su contratación no obedece a criterios estrictamente profesionales o de promoción de talentos minoritarios o desconocidos sino al mero famoseo .

Ninguna persona en su sano juicio afirmaría que es censura la negativa del gerente del C3A a organizar una exposición de acuarelas de los miembros de la asociación de antiguos jugadores del Córdoba. Nadie con un mínimo criterio hablaría de vetos si algún concejal aficionado a la poesía se empeñase en ser la figura de una de las jornadas de Cosmopoética y se le dijese que no. Quiero pensar que tampoco habría protestas y que a nadie se le ocurriría hablar de purga, si se rechazase la participación estelar en el festival de la guitarra a una escisión de la Tuna de la Facultad de Medicina o de mi amigo Manuel Ramos en la Noche Blanca del Flamenco.

Que una obra de teatro o una exposición sea un éxito de público no garantiza en modo alguno su calidad, ni es admisible como excusa que la totalidad de las localidades estén vendidas . Las Administraciones tienen un deber esencial de promover y proteger la cultura de calidad, y de procurar hacerla llegar a todos. Esa obligación debe traducirse en la búsqueda de la excelencia y en la ayuda a creadores con dificultades para desarrollar sus propuestas, no en satisfacer las ínfulas de José María Rodero de cualquier famoso aficionado al drama.

Formulémonos esta pregunta, ¿de ser otro el actor protagonista de la obra estaría esta anunciada dentro de la programación del IMAE? Pues eso...