EL NORTE DEL SUR
La consulta
«Lo mío no es una gripe normal, doctor: a mí si me ingresa o me aísla me hace un favor»
Urgencias del centro de salud Castilla del Pino en Córdoba
Gripe, lo que tiene usted es gripe, así que métase en la cama y tómese la medicación que le acabo de decir, estos cambios de tiempo son muy traicioneros. No sé si está usted seguro, doctor, y se lo digo con todo el respeto que ... yo no soy nadie para meterme en su trabajo, faltaría más, solo que a mí me da que lo llevo encima es un coronavirus de libro , me he estado informando antes de venir y he comprobado que soy población de riesgo, doy el perfil, escúcheme que estoy asustado y mi familia y mis vecinos también, hasta en mi oficina se ha corrido la voz y ya nadie se me acerca, solito que me dejan en mi mesa como si fuera un apestado cuando lo que soy es un superviviente, ¿no cree usted? Mire, señor, comprendo su inquietud, la suya y la del resto de la población, pero confíe en mí, en los que sabemos de esto: con tres o cuatro día de reposo, una buena dosis de iboprufeno y un par de vasos de leche calientes con miel al día va a estar como nuevo antes de que se dé cuenta: tranquilícese.
Pero cómo me voy a tranquilizar, si es que no tengo duda de que lo he cogido: mi nena tiene en el colegio dos compañeros chinos y el otro día tosió en la ensalada del almuerzo en casa, y de allí pinchamos todos, ¿sabe usted?, y luego cómo vamos en el autobús de primera hora al trabajo, que parecemos sardinas en lata, todos compartiendo los efluvios, y además que yo no me hago con la costumbre de lavarme las manos cada dos por tres y sigo dando besos y abrazos, soy muy latino y muy efusivo, ¿sabe usted?, enseguida le cojo cariño a la gente, que a usted mismo al entrar ahora en la consulta me han dado ganas darle un achuchón porque no le veo desde que vine descompuestito a principios de septiembre porque estaba convencido de que me había tomado un montadito de carne mechada de esos que estaban malos y al final fue que no, como usted bien me anticipó, pero la verdad es que yo no me quedé tranquilo hasta que vi que pasaban los meses y no caía enfermo.
Pues ahora le digo yo que también tiene que estar sereno: a esa gripe de temporada le quedan tres días. Y quién me dice a mí que esos tres días son los que me quedan a mí, y no quiero parecer cenizo, pero en este tipo de apocalipsis, porque esto va a ser un apocalipsis, toda precaución es poca: fíjese que todavía tengo la marca de la mascarilla, que en la calle no la llevo porque me da corte pero que en casa no me la quito, y en la moto tampoco, que con el casco no se ve, yo duermo hasta con ella, que no sabe uno por dónde ha andado la mujer en todo el día ni qué de malo trae de la calle, así que a mí si usted me ingresa o me aísla le digo que me va a hacer un favor, aunque luego salga en los análisis que estoy sano, que tengo mis dudas.
Si no le conociera pensaría que está usted de broma: lo suyo, más que físico es un problema de aprensión , de percepción de las cosas, así que no le vendría mal echar un ratito con el psicólogo del consultorio. No, si acabo de pedir citar en el mostrador, para que me diga cómo se repone uno, en el terreno psíquico digo, de una enfermedad como la que tengo encima, madre mía.
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