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Puerta giratoria

Privilegio sostenible

El problema del casco no reside sólo en su despoblación por el turismo; es fruto de muchas permisividades acumuladas

Un grupo de turistas se refresca en el Patio de los Naranjos durante la última ola de calor Valerio Merino
Natividad Gavira

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En el casco histórico de Córdoba la edad media es muy elevada. Hay pocos niños porque las familias jóvenes desean lugares de esparcimiento y dotadas de servicios más allá del embeleso estético que deparan las calles y plazas históricas de la ciudad. Cualquiera que ... haga cuentas debe saber que para una familia media, la rutinaria compra semanal requiere un desembolso extra porque rara vez los edificios comunitarios están provistos de ascensores comunicados con los garajes y, como no está permitido estacionar en la puerta, no hay más remedio que abonar ese servicio. Si sumáramos a lo largo de una vida, es un gasto curioso . Más allá de las costumbres de consumo doméstico, la vida en el casco favorece la vida peatonal y en bicicleta pero para eso las facilidades son pocas. Como ciclistas carecemos de carriles y como peatones somos potenciales víctimas de atropellos porque, ya saben, nada hay más soberbio que una bicicleta esgrimiendo ecologismo. De los planes de tráfico, hablamos otro día.

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