Presupuestos 2020

¿Es grave no haber aprobado unos nuevos presupuestos? Como diríamos en Galicia, depende . Que las Cortes no hayan aprobado un presupuesto para España desde el acceso al poder del socialismo sanchista y sus cuates podemitas y sediciosos, lejos de ser de gravedad constituye una mayúscula fortuna que, a día de hoy, no valoramos lo suficiente y que tendremos ocasión de añorar tan pronto como el Gobierno Frankenstein con el que nos amenazan eche a andar…si es que llega a hacerlo algún día. Que el gobierno municipal que perdió las elecciones en mayo fuese capaz de aprobar unos presupuestos no evitó lo auténticamente grave, su incapacidad para gestionarlos y ejecutarlos. No aprobar unos nuevos presupuestos no es bueno; aprobarlos y no ejecutarlos es nefasto.

Relativicemos, pues, la importancia de la falta de aprobación en plazo de unos presupuestos, pues en ocasiones tendremos que alegrarnos por ello . Ha ocurrido y seguirá ocurriendo: el fraccionamiento del voto a derecha e izquierda y la incapacidad congénita de parte de la clase política española para el pacto y la negociación conducen y conducirán a multitud de prórrogas presupuestarias.

Parece ya seguro que Córdoba no tendrá presupuestos para el 202 0 antes de que ese año empiece. No es lo esperado, no es lo prometido y no es lo censurado durante la legislatura anterior, pero no es una tragedia. Pero no se entiende que después de alcanzar un principio de acuerdo para la aprobación de las nuevas y buenas Ordenanzas fiscales (aunque es muy censurable tratar de burlar el control de la Intervención y no entregarlos con antelación: las formas siempre son importantes) el bloque que votó a favor de la investidura del alcalde no haya sido capaz de pactar unos presupuestos que, como pretenden los propuestos por el equipo de gobierno, impulsen la actividad, justifiquen la bondad de la bajada de impuestos, preserven el gasto social y procuren el equilibrio de las cuentas. Si fuese fácil, lo haría cualquiera, por supuesto . Pero todos ellos deben tener muy presente que la mayoría no les ha votado para gobernar con los presupuestos de, en feliz expresión de Pablo Casado, socialistas y comunistas. Para ese viaje no hacen falta alforjas.