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Crónicas de Pegoland

Portillo

Poca gente como Antonio puede enseñar tantos hechos en su vida profesional

Antonio Portillo, con Pepe Mellado en las primeras obras de la calle Torremolinos Archivo
Rafael Ruiz

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Tengo la suerte de haber trabajado con Antonio Portillo y no haber salido despedido por un balcón en una de las siderales peloteras que en su día tuvimos en la sede de Vimcorsa por los asuntos más variados. Hará como quince ... años, me citó en su despacho, en uno de mis fugaces pasos por el lado oscuro de la comunicación, me miró a los ojos y me soltó un enorme discurso, épico, sobre el cuidado que había que tener con el dinero del pueblo de Córdoba y la responsabilidad que teníamos los que trabajábamos para el ciudadano que, con tanto esfuerzo, paga sus impuestos . Luego me dejó un móvil de los más baratos del mercado para uso estrictamente profesional que tuve que prometerle por todas mis abuelas fallecidas que volvería a las instalaciones de la empresa municipal en perfecto estado en cuanto acabasen las gestiones que tenía que realizar. Cosa que hice apenas unos días después porque me jugaba, literalmente, el gaznate.

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