Ponce, Mora y López Simón, a hombros en Los Llanos en la primera de la Feria de Pozoblanco

Enrique Ponce se topó en el que abrió plaza con un enemigo inútil para la lidia, sin apenas fuerza ni raza, el valenciano, pese a la voluntad, apenas pudo dejar un par de verónicas y algunos derechazos a media altura. En su segundo, el torero se topó con un soso enemigo que le obligó a emplear casta torera en una faena de poco contenido artístico pero cargada de tesón que fue premiada con dos orejas .

David Mora anduvo voluntarioso con el segundo, dejando alguna verónica antes de realizar una faena a menos por culpa de la poca colaboración de su enemigo, sin gas. El torero se vio obligado a optar por terrenos de cercanía para así conferir emoción a su faena. En el quinto, el torero pudo desquitarse del mal sabor de boca anterior dejando una faena donde hizo gala de su solvencia y empeño ante un algo más colaborador enemigo, al que corto dos orejas.

López Simón desorejó al tercero tras realizar una completa faena fundamentada en el mando, la serenidad y la torería de un espada que supo cuajar de principio a fin a un antagonista a menos y justo de fuerzas. El torero, íntimo y cuidadoso en el remate, toreó con doctrina a la verónica y anduvo sólido en la muleta, destacando sobre la diestra y en cercanía en el tramo final. Ya en el sexto, el torero intentó con empeño repetir estilo sin conseguirlo dada la condición del astado, sin raza y que apenas permitió una justificación en firme del matador.