La soberbia latente de San Agustín

El carácter religioso es consustancial a la estancia, que en verdad es doble, pues si la más espaciosa se extiende con sutileza desde el muro derecho de la iglesia , hay una secundaria, coqueta, que reposa sobre el izquierdo.

«Todo esto lo han montado desde el principio un grupo de amigas mayores, todas colaboradoras de Adevida , y mi madre es una de las impulsoras», señala Olga Bernal, a cargo del patio que se hermana, por su naturaleza espiritual, con el del convento de monjas de clausura de Santa Marta , a diez minutos a pie, y que ha hecho historia por ser el primero de un cenobio que participa en la cita convocada por el Ayuntamiento de Córdoba .

Las referencias religiosas son continuas en San Rafael . «Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación », dice el salmo que está esculpido encima de un caño de agua, cerca de la estatua del Custodio . «La humildad contenida es una soberbia latente», recuerda otra frase sobre un trozo de piedra a la que ni roza el viento furioso por momentos que sacude la vegetación mínima de la plaza.

Ocurre como en San Agustín , que se duele poco después del mediodía de este domingo de climatología tornadiza en el que está cerrado a cal y canto, ay, el número 21 de Pozanco , el patio del pasillo estrecho y sugerente, de la anciana en la mecedora y del cuartito de sombra con carteles de corridas de toros de Manolete y aperos de labranza.

Sí hay un controlador tomando la tempertura en el 4 de esa calle: «No se toquen las plantas», dice literalmente un cartel de la pequeña estancia al descubierto de la vivienda. En su planta de arriba está en sus cosas una mujer mayor y cana que se encorva para regar las plantas: maneja el agua del gozo , la humildad , la soberbia latente.