Papeleo

Frente a la casa de mi santa madre talaron un árbol que entre otras cosas estaba destrozando el acerado con sus raíces. Lo habían plantado años antes casi en medio del acceso a un paso de cebra el equipo de lumbreras de «Hacemos Ciudad» , esa gente que sabe de todo y de ciudad, principalmente. Desde el área de Infraestructuras de «Manolo y Benito, hacemos un arreglito» mandan a Manolo o a Benito a cortar lo que ya había cogido la anchura de una secoya canadiense y a Manolo (o Benito) se le cae un trozo de rama sobre la fachada de la casa familiar , con los consiguientes destrozos . Las madres para esto son muy suyas y les sienta francamente mal que le fastidien la pintura de casa y parte de la ventana, con lo cual la mujer hizo una observación al respecto y Benito (o Manolo) le dijo que las quejas al maestro armero, el ayuntamiento , o sea. A partir de aquí comienza un recorrido muy interesante que aún no ha finalizado.

Primero, por el Centro Cívico , donde están los formularios para presentar reclamaciones por destrozos arbolarios ocasionados por Benito (o Manolo) al que deben darle entrada y supongo que después salida, con la consiguiente redacción pormenorizada de los hechos acaecidos, para lo que las madres suelen ser expeditivas y concisas y no se andan con riqueza tipográfica. Un vez el funcionario recoge el documento lo envía por valija transiberiana a Capitulares o similar, una ruta algo larga dado que debe atravesar los Cárpatos, parte de China, la antigua Unión Soviética, hasta que el cercanías nuevo lo deja en Alcolea y de allí a la subsede de Capitulares en Gran Capitán , suponiendo que Gran Capitán siga llamándose Gran Capitán porque el Gran Capitán fue un facha de narices y no sabemos cómo un edificio municipal de la ciudadanía puede estar albergado en un bulevar con tamaño nombre. Tampoco en un estadio a medio acabar desde hace 20 años, pero el progreso transversal tiene estas cosas.

Mi santa madre está en la fase del onus probandi, donde tiene que demostrar varias cosas: que, en efecto, Manolo (o Benito) fue el operario que provocó el desperfecto, que ella es la propietaria de la casa , que es residente en Córdoba, que es mujer y que está aún viva. Y lo que cobra de pensión y ha desayunado en el bar Pinky esa mañana. Debe buscar un Manolo o Benito particular para que le haga un presupuesto sobre lo que cobraría al reparar el desperfecto provocado por el otro Benito (o Manolo) municipal. Y a ver si se lo aceptan, claro.

El año que viene, por mayo, los de la campaña electoral llamarán a la puerta de la casa de mi santa madre para pedirle el voto por un ayuntamiento eficiente y sostenible. Imagínense lo que puede contestarles esa mujer.